Asma alérgica: ¿Cómo reconocerla?

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Foto: Archivo

Un ataque de asma puede desencadenarse a partir de una sustancia, como el polvo. Sin embargo, no todos los pacientes asmáticos son alérgicos.

El asma bronquial es una enfermedad crónica que produce el estrechamiento de las vías respiratorias. Los pacientes que lo sufren tienen dificultad para inhalar y exhalar el aire, pues sus bronquios se inflaman y aumenta la producción de mucosidad. Entre los síntomas más comunes están la tos, las sibilancias, la falta de aire y la opresión en el pecho.

Las crisis o episodios asmáticos pueden durar unos pocos minutos o extenderse durante horas y comienzan por diversos factores. Algunos desencadenantes son similares a los que producen alergias, como el polvo, el polen y los ácaros. Cuando es claro que el ataque inició por la reacción a una sustancia, hablamos de un tipo de asma inducido por alergia.

El asma alérgica es la forma de presentación más habitual, pero no la única. También existen otras variantes, cuyos desencadenantes no son sustancias que se consideren alérgenos. Por ejemplo, el estrés, las condiciones ambientales y el ejercicio son capaces de ocasionar crisis en ciertos pacientes.

La característica principal es que los síntomas inician o empeoran por la exposición a alguno de los siguientes alérgenos:

Polen

Moho

Ácaros del polvo

Esporas de hongos

Pelo de las mascotas

Heces de cucarachas

Alimentos, como lácteos y huevos

Productos químicos con fragancias potentes, como perfumes

Con información de Mejor con salud