Los programas de prevención del tabaquismo en el estado Lara han registrado un incremento del uso de cigarrillos y chimó entre adolescentes y jóvenes. Especialistas advierten que estos productos se han convertido en la primera droga de inicio para muchos, marcando el camino hacia otras adicciones.
En comunidades y centros educativos de Barquisimeto y otros municipios del estado, especialistas han observado con preocupación cómo el cigarrillo y el chimó se han popularizado entre menores de edad. Aunque no hay estudios recientes de organizaciones ni entes del estado, existen algunas instituciones privadas que tienen programas antitabáquicos en las que mensualmente atienden casos de este tipo de consumo.
Gerardo Pastrán, presidente del Proyecto Juvenil Misionero (Projumi), explicó que un gran porcentaje de jóvenes están consumiendo cigarros, chimó y alcohol. En el año 2024, atendieron alrededor de 250 personas para asesorías sobre adicciones y el 38% terminó en consultas y terapias.
Pastrán indicó que hay casos de adolescentes que comienzan el consumo de cigarrillos a los 12 años de edad y, luego de llevar un par de años, quieren consumir algo más, es cuando se inician entonces con el chimó.
«Después de pasar por el consumo de chimó y cigarros, llega el alcohol. Estos tres son consumo de sustancias lícitas que debemos estudiar y evaluar en nuestros muchachos en casa, hay que evitar que lleguen a la etapa de las drogas ilícitas», comentó Pastrán.
Para Luis Oropeza, director del Centro Integral para la Rehabilitación de las Adicciones (CIRA), el nivel de adicción no se define por la cantidad o frecuencia en el que sea consumido, sino por la incapacidad de una persona para detenerse, a pesar de las consecuencias negativas en su vida.
Oropeza destacó que, en cuanto al consumo de cigarrillos o chimó en los adolescentes, estas son consideradas de inicio porque tienen un mayor riesgo en los muchachos, ya que pueden llevarlos a experimentar con otras sustancias, como la marihuana.
«La falta de supervisión de los padres y vivir en un entorno en el que el consumo de cigarrillos y sustancias es común puede provocar en los adolescentes el aumento de uso», comentó Oropeza.
El también psicólogo, destacó que la flexibilización en el uso del cigarrillo o chimó entre adolescentes es alarmante. Agregó que esto también se debe a lo permisivo que pueden ser los establecimientos comerciales en los que se distribuye el tabaco.
«El Estado venezolano debe tener muy de cerca este tipo de sustancias y dulces que puedan salir al mercado para ver sus componentes. El control y el papel son primordiales ante el surgimiento de golosinas, cigarros y bebidas energizantes que puedan crear problemas de adicción», manifestó Pastrán, presidente de Projumi.
Deben establecer protocolos
Para el psicólogo, Luis Oropeza, el sistema de salud en Venezuela debería establecer protocolos de atención para pacientes con cualquier patología, con el fin de determinar, a través de una exploración profesional, si esta persona tiene un abuso de sustancias.
«Por ejemplo, los pacientes van al médico y el internista les pregunta si fuman y cuántos cigarrillos al día. Si el paciente contesta que sólo uno, hay algunos doctores que alegan que no tiene problemas de adicción, y la persona va a seguir fumando», dijo Oropeza.
Señaló que es necesario capacitar al sistema de salud en sus protocolos de atención primaria para que, cuando llegue un paciente, así sea por cualquier enfermedad, puedan hacer un despistaje con respecto al uso, abuso o problemas de adicción que esté enfrentando el paciente.
Con información de El Diario de Lara