Bananas a diario, ¿un hábito saludable o un riesgo silencioso?

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Foto: Archivo

Fáciles de llevar, energéticos y naturalmente dulces, los plátanos se han convertido en un alimento cotidiano para millones de personas. Desde un ingrediente clave en batidos y desayunos hasta una merienda rápida por sí sola, esta fruta tropical destaca por su versatilidad. Sin embargo, su consumo frecuente plantea una pregunta: ¿es saludable comer bananas todos los días?

La nutricionista y dietista registrada Lauren Manaker ofreció una evaluación detallada para Women’s Health sobre los beneficios, riesgos y consideraciones que implica incorporar esta fruta a la rutina diaria.

Un perfil nutricional con múltiples ventajas

Desde el punto de vista nutricional, la banana se presenta como una opción valiosa. Un ejemplar mediano contiene aproximadamente 105 calorías, 27 gramos de carbohidratos —incluidos 14 gramos de azúcares naturales—, 5 gramos de fibra y unos 422 miligramos de potasio. También aporta micronutrientes esenciales como vitamina C, vitamina B6, magnesio y sodio, todos ellos relevantes para el correcto funcionamiento del organismo.

Su contenido en fibra y almidón resistente —una forma de carbohidrato que se digiere lentamente, semejante a la fibra— ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre y a favorecer la saciedad. Por eso, su consumo puede ser particularmente útil como fuente de energía sostenida antes del ejercicio físico o como parte de un desayuno equilibrado.

Manaker señala que alrededor del 90 % de los estadounidenses no alcanza la cantidad diaria recomendada de frutas y verduras. En este contexto, incluir una banana al día puede representar una mejora significativa en la calidad de la alimentación.

¿Pero son adecuados para todos?

A pesar de sus cualidades nutricionales, no todas las personas se benefician por igual del consumo diario de plátanos. Aquellos que deben seguir dietas bajas en potasio —por razones médicas como enfermedades renales— o quienes presentan una alta sensibilidad a los carbohidratos deben evaluar este hábito con precaución.

El contenido de azúcar natural y carbohidratos en las bananas ha generado dudas, especialmente entre personas con diabetes. Sin embargo, estudios de la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de Harvard señalan que su almidón resistente genera una respuesta glucémica menor en comparación con otros carbohidratos simples como el pan blanco.

Asimismo, el elevado contenido de potasio puede ser problemático en situaciones particulares. El problema radica en que si sus niveles en sangre se elevan en exceso, puede producirse hiperpotasemia, una condición que, aunque rara —afecta entre el 2 % y el 3 % de la población, según datos de la Clínica Cleveland—, conlleva riesgos serios.

En este sentido, Manaker aclara que, en una persona sana, consumir un banana a diario es improbable que provoque un exceso de potasio, siempre y cuando no se ingieran simultáneamente otros alimentos con altos niveles del mismo mineral.

La cantidad adecuada depende de las características de la dieta global. “Para alguien con molestias estomacales que solo tolera bananas, comer más de uno probablemente no sea un problema”, indica la experta.

Sin embargo, si una persona ya consume muchos otros alimentos ricos en carbohidratos, añadir varios plátanos diarios podría suponer un desequilibrio.

Como sucede con cualquier alimento, el consumo excesivo —incluso tratándose de frutas— puede acarrear efectos no deseados. Por eso, Manaker insiste en la importancia de la variedad alimentaria: “Aunque comer un plátano al día no es perjudicial para la mayoría, lo más recomendable es incorporar una gama diversa de frutas”.

En síntesis, para la mayoría de las personas sanas, un plátano al día no solo es seguro, sino que puede ser una estrategia útil para mejorar la dieta. No obstante, como cualquier hábito alimentario, su conveniencia debe evaluarse a la luz del estado de salud y el patrón nutricional completo de cada individuo.

Quienes busquen nuevas formas de incluir esta fruta sin caer en la rutina pueden experimentar con recetas como batidos con mantequilla de cacahuete o panes de con frutos secos. Y para aquellos interesados en ampliar la variedad de frutas en su dieta, las opciones son tan amplias como sabrosas: ensaladas coloridas, frutas grilladas o licuados de frutos del bosque.

Con información de Infobae