Un equipo de biólogos liderado por la Universidad de Texas, en Arlington, ha descubierto una nueva especie de lagartija (gecko) en la Península de Paria, al noreste de Venezuela.
El Zoological Journal of the Linnean Society señaló que el nuevo animal no solo aporta una joya más al mosaico de biodiversidad de la región, sino que destaca la importancia de proteger los ecosistemas más vulnerables del planeta.
Asimismo, Pseudogonatodes fuscofortunatus es una diminuta lagartija de apenas 6.5 centímetros de largo, con un cuerpo marrón, cabeza en forma de cono y un hocico alargado.
Sin embargo, lo que realmente la hace especial no se aprecia a simple vista: su anatomía ósea es única entre los geckos.
Gracias a avanzadas tomografías computarizadas, los científicos descubrieron detalles fascinantes.
¿Y el nombre? Fuscofortunatus combina el término latino para “marrón” (fuscus) con “afortunado” (fortunatus), una forma de celebrar las circunstancias que hicieron posible su descubrimiento.
El trabajo fue liderado por Walter E. Schargel, profesor de biología y ciencias ambientales en UT Arlington, en colaboración con expertos de Portugal, España, Brasil, Colombia y Venezuela. Juntos emplearon técnicas de última generación, como análisis genéticos y comparación de especímenes de museo, para confirmar que esta lagartija era una adición única al género Pseudogonatodes.
“La Península de Paria es un tesoro de biodiversidad. Su geografía y tiempo han creado hábitats únicos que albergan una gran variedad de especies, muchas de ellas exclusivas de esta región”, señaló Schargel. Este hallazgo, además de enriquecer el conocimiento sobre la vida silvestre de Venezuela, subraya la urgencia de proteger estos frágiles ecosistemas.
“Espero que este descubrimiento inspire más medidas de conservación para preservar los hábitats de especies tan raras como esta lagartija, junto con otras que aún esperan ser encontradas”, agregó Schargel.
Con información de Sumarium