A lo largo de los últimos 260 millones de años, ha sido testigo de la aparición y desaparición de los dinosaurios, la fragmentación de Pangea en los continentes actuales, y la transformación que los humanos han ido poco a poco realizando.
A pesar de estos cambios, la Tierra parece que sigue un ritmo propio. Investigaciones recientes sugieren que este planeta experimenta un «latido» geológico, un ciclo constante de eventos catastróficos cada 27 millones de años, abarcando desde actividad volcánica hasta extinciones masivas y cambios en el nivel del mar.
Este ritmo, como ves, va muy lento, y según los científicos, la humanidad se encuentra actualmente en un periodo relativamente tranquilo, con aproximadamente 20 millones de años antes del próximo «pulso».
Aunque muchos geólogos solían creer que los eventos geológicos se sucedían de forma aleatoria en el tiempo, este estudio respalda la idea de que estos están correlacionados, y que algo catastrófico siempre sucede cada más o menos 27,5 millones de años.
Los eventos geológicos globales están correlacionados y ocurren en pulsos con un ciclo de unos 27,5 millones de años
Ha sido precisamente el análisis de 89 eventos geológicos clave de los últimos 260 millones de años los que han revelado esta relación, dando pie a ese pulso o latido devastador para el planeta. Desde crisis marinas hasta extinciones y erupciones, todas ellas se han ido sucediendo casi de forma cuadriculada.
Aunque la causa de este ciclo aún no está clara, algunos científicos han especulado sobre la posibilidad de que los impactos de cometas, procesos geofísicos relacionados con la dinámica de las placas tectónicas, o ciclos astronómicos puedan jugar un papel en este misterioso latido geológico.
En décadas pasadas, la teoría de un ciclo geológico ha fluctuado entre 30 y 26 millones de años, pero ahora parece que el ciclo de 27,5 millones de años podría ser el patrón al que la Tierra ha estado siguiendo durante milenios.
A medida que los científicos buscan más respuestas que confirmen estas afirmaciones, surge una pregunta: ¿cuál es realmente la fuerza impulsora detrás de este latido geológico exacto y qué le depara a la humanidad en los próximos millones de años?