Los cálculos amigdalinos, también conocidos como tonsilolitos, son pequeñas acumulaciones de material calcificado que se forman en las criptas de las amígdalas. Estas criptas son pequeñas cavidades en la superficie de las amígdalas donde pueden quedar atrapados restos de comida, células muertas y mucosidad
Con el tiempo, estos residuos pueden endurecerse debido a la acción de las bacterias y la acumulación de minerales, formando pequeñas piedras de color blanco o amarillento.
Esta acumulación es más común en personas con amígdalas grandes o con criptas profundas. Algunos factores que favorecen su formación incluyen:
– Mala higiene bucal.
– Boca seca o producción insuficiente de saliva.
– Infecciones recurrentes de garganta.
– Acumulación de bacterias en la boca.
En muchos casos, los cálculos de las amígdalas no causan síntomas, pero cuando lo hacen, pueden incluir:
– Mal aliento persistente (halitosis).
– Sensación de cuerpo extraño en la garganta.
– Dificultad o molestia al tragar.
– Dolor de garganta o inflamación ocasional.
– Presencia de pequeñas masas blancas en las amígdalas.
Elimínalos fácilmente
Si los cálculos son pequeños y no causan molestias, pueden desprenderse de manera natural al toser o tragar. Sin embargo, en casos donde persisten o generan incomodidad, se pueden utilizar algunos métodos para eliminarlos.
Enjuagues bucales: hacer gárgaras con agua salada o enjuague bucal puede ayudar a aflojar los cálculos y reducir la acumulación de bacterias.
Irrigación con jeringa o chorro de agua: se puede usar una jeringa con agua tibia o un irrigador bucal para limpiar las criptas amigdalinas.
Uso de hisopos o palillos de algodón: con cuidado, se pueden retirar los cálculos manualmente, presionando suavemente la zona con un hisopo limpio.
Consulta médica: si los cálculos son recurrentes o grandes, un otorrinolaringólogo puede eliminarlos mediante succión, láser o, en casos graves, con una amigdalectomía (extirpación de amígdalas).
Es mejor prevenir que lamentar
Para reducir la formación de cálculos amigdalinos, se recomienda:
– Mantener una buena higiene bucal, cepillando dientes y lengua.
– Usar enjuague bucal antibacteriano.
– Beber suficiente agua para evitar la sequedad en la boca.
– Evitar fumar y reducir el consumo de lácteos, que pueden aumentar la mucosidad.
Con información de 2001