La beata Carmen Elena Rendiles, quien se convertirá en la segunda santa de Venezuela tras la aprobación este lunes de su canonización por parte del papa Francisco, es recordada por la Iglesia católica de su país como una madre que “más que cantar a la cruz”, prefería “llevarla cantando”.
Rendiles, tercera hija de Ramiro Rendiles y Ana Antonia Martínez, nació en Caracas el 11 de agosto de 1903 sin el brazo izquierdo, lo que, según dijo a EFE la vicaria general de la Congregación Siervas de Jesús, Carmen Edilma Aristizábal, no supuso impedimento alguno para llevar a cabo actividades como bordar, pintar y hacer trabajos de carpintería.
En febrero de 1927, con 23 años de edad, ingresó en una congregación francesa establecida entonces en la capital venezolana, las Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento, y en septiembre, recién cumplidos los 24, comenzó el noviciado.
Fue enviada a la cuna de la congregación, en Francia, para consolidar su formación religiosa, y regresó a su país en 1934, cuando fue nombrada maestra de novicias, según la Arquidiócesis de Caracas.
En 1961, con el apoyo del episcopado nacional, pidió la separación de la congregación para formar un instituto autónomo, lo que fue aprobado en noviembre de 1965, y madre Carmen se convirtió en primera superiora general.
Rendiles murió el 9 de mayo de 1977 y sus restos reposan en un colegio ubicado en la urbanización de Los Palos Grandes, en Caracas.
“Más que cantar a la cruz, quiero llevarla cantando”, decía, según Aristizábal, la hoy beata, quien, además, la “llevaba con elegancia”.
Su legado, afirmó la vicaria general, es “el amor a Jesús eucaristía, adorar, reparar, amar”, y darlo a conocer “cada vez más”.
“Madre Carmen siempre decía que era una felicidad el poder ser catequista, el poder enseñar a los niños, poder preparar sagrarios vivientes a Jesús”, dijo la religiosa, quien señaló que “todo el mundo decía que era una gran santa”, lo que “hoy se ha hecho una gran realidad”.
Su beatificación se produjo el 16 de junio de 2018, después de que se aprobara un milagro que consistió en la curación de una médica venezolana en julio de 2003.
El segundo milagro aprobado para ser declarada santa fue una “curación milagrosa, atribuida a su intercesión, de una mujer a la que en 2015 le fue diagnosticada hidrocefalia triventricular idiopática”.
Esta será la segunda santa del país, después de la del beato José Gregorio Hernández, una noticia que fue acogida con gran alegría en Venezuela, donde incluso se declarará como Día de Júbilo Nacional la fecha que se fije para la canonización del beato, según la Asamblea Nacional.
Aún no se conoce la fecha de la canonización, ya que el papa tendrá que instituir un consistorio para elegir el día y actualmente se encuentra convaleciente tras haber sido dado de alta después de 38 días hospitalizado por una grave infección respiratoria.
La ceremonia de beatificación de la madre Carmen Rendiles fue celebrada en Caracas ante miles de personas por el entonces prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Angelo Amato, en el estadio de béisbol de la Universidad Central de Venezuela (UCV), la principal del país.
Vía: EFE