A escasos meses para finalizar el año escolar 2023-2024, en la mayoría de los liceos públicos del Litoral Central no hay suficientes profesores de asignaturas básicas para la formación de los futuros bachilleres de la república.
Es un efecto “sigiloso y devastador”, calificó Raúl Torres Espino, docente de Biología del liceo de La Sabana, poblado del extremo este de la entidad.
Pareciera que se ha “normalizado” que los estudiantes de 5º año de bachillerato y de las menciones técnicas (6º año) no reciban instrucciones de materias fundamentales como Matemática, Física, Química –conocidas como las “tres Marías”–, además de Inglés y Castellano. A esto se añade que solo asistan entre dos y tres veces a la semana.
“No se puede luchar mucho contra la corriente. ¿Cómo le exigen a un docente, aun con buena preparación en estas materias, si gana 300 bolívares mensuales?”, prosiguió Torres, al tiempo que chequeaba de reojo a sus alumnos de 5º año, quienes todavía no han visto una sola clase de Castellano.
Según el programa oficial del Ministerio de Educación, la asignatura aborda la lectura y el análisis de las más importantes obras y autores de literatura española, latinoamericana y de Venezuela.
Andreína Laya, de 17 años de edad, es una de esas jóvenes que no conoce a su profesor de Castellano, pero anhela estudiar la carrera de Letras en la Universidad Central de Venezuela. “Esas deficiencias atentarán contra mi futuro”, dijo consciente de que cuando obtenga su título de bachiller en el mes de julio le será difícil entrar en la UCV.
Mientras tanto, en otros liceos públicos de Macuto, Caraballeda, Maiquetía y Catia La Mar se replica el problema.
En la Unidad Educativa Corapal, en Caraballeda, suplieron algunas ausencias de profesores con bachilleres egresados del plantel. Y ello es un secreto a voces.
“Aquí el consejo comunal de la zona propone nombres y las autoridades del liceo aceptan, casi a ciegas. Es una vergüenza que no haya profesores de las ‘tres Marías’ y que Inglés lo dé un bachiller de 21 años”, comentó Abdiel Cartaya, representante de un alumno de tercer año en ese plantel.
Marlon Jiménez, que va a recibir su título de bachiller en el liceo Guaicaipuro de Carayaca, señaló: “No tuve profesor de Matemática, Química y Física en los dos últimos años, y sé que me va a pasar factura cuando estudie Ingeniería”.
Al despeñadero
La aprobación del horario mosaico, por parte del ministerio de Educación en 2022, no ha podido detener la deserción de los docentes de las aulas hacia actividades más lucrativas.
Sobre el particular, la secretaria de Organización del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza de Vargas (Sitravargas), Ana Mercedes Aponte, criticó que en el Ministerio de Educación “tengan oídos tan sordos ante la realidad”.
El gobierno mata de hambre a los docentes y los obliga a buscar fórmulas para sobrevivir con sus familias. Definitivamente, es un tiempo muy oscuro para la educación venezolana”, agregó.
En el año escolar 2022-2023, tras protestas masivas de docentes en las calles, a través de las zonas educativas regionales se sugirió “no oficialmente” la aplicación del horario mosaico.
El mismo permite a los educadores asistir menos días a la semana a las escuelas y así dedican esas horas y días ausentes a la realización de otros trabajos que les permitan subsistir.
“Uno sabe que las consecuencias las pagan los niños y adolescentes, pero cómo hacemos si el sueldo no lo aumentan y no nos alcanza para el pasaje todos los días”, explicó una docente del liceo Narciso Gonell en Catia La Mar.
La profesora pidió la reserva de su identidad “porque te montan el ojo”, pero confirmó la denuncia del año pasado, que se publicó en Crónica.Uno: no es el único centro educativo en el que firman listas de asistencia de materias que los alumnos no ven.
La Autoridad Única en Educación de La Guaira, Daniel González, no ofrece estadísticas oficiales sobre las dimisiones y deserciones del personal docente.
Pero en su cuenta de Instagram, publicó un video sobre un conversatorio con estudiantes del liceo José María Vargas en Maiquetía. Allí insistió en que “todo 11 tiene su 13”, lema empleado por el gobierno para referirse a los acontecimientos del 11 de abril de 2002.
De acuerdo con voceros locales del magisterio, las renuncias de maestros y profesores superan 40 % entre 2023 y 2024. Al respecto, Aponte cuestionó el pago ocasional de bonificaciones, como única respuesta gubernamental.
Dar clases cuando lo que ganas no te alcanza para desayunar en tu casa antes de ir al aula, es, sin duda, otra de las razones por la que hay materias que no tienen profesores en los liceos”, indicó.
Con información DE CRÓNICA UNO