La inteligencia artificial cambió tal y como se conocía con la llegada de ChatGPT de OpenAI. Sam Altman anunció un chatbot que utiliza IA generativa de OpenAI para realizar todo tipo de tareas, desde generar un texto académico hasta crear un código de programación o un plan de entrenamiento personalizado.
«Puedes construir un GPT para casi cualquier cosa», aseguró Altman en la primera conferencia de desarrolladores de OpenAI. Los modelos de GPT (Generative Pre-trained Transformer) han evolucionado desde ese momento para permitir que las herramientas de IA generen acciones más complejas de forma automatizada.
La compañía de Altman ha creado un espacio donde los usuarios pueden explorar las extensiones para GPT. TechCrunch ha revelado que GPT Store está llena de modelos «extraños» o que vulneran los derechos de autor. Un ejemplo de ello son los generadores de arte al estilo Disney o Marvel que aseguran que pueden eludir las herramientas de detección de contenido de IA.
Falta moderación en GPT Store
Los desarrolladores que quieran acceder a GPT Store deben verificar sus perfiles de usuario. OpenAI también se encargará de la revisión de los GPT disponibles utilizando herramientas automatizadas junto con la colaboración humana. La finalidad es regular los modelos que pueden violar su política y prohibir la monetización a sus creadores llegado el momento.
La creación de un GPT no requiere una gran experiencia en código, y los modelos pueden ser tan simples como desee el creador. Los desarrolladores incluso pueden utilizar herramientas para generarlos como es el caso de GPT Builder. Esto ha llevado a un aumento considerable en la oferta de la tienda.
OpenIA no tiene una barrera de entrada para los creadores, así que la tienda ha crecido en los últimos meses. La empresa ha informado que en enero tenían unos 3 millones de GPT. Ese crecimiento puede haberse producido a consta de reducir la calidad de los modelos y una mayor libertad en cuanto al incumplimiento de los propios términos de la compañía de Altman.
OpenAI se enfrenta a la regulación de los derechos de autor
OpenAI cuenta con sistemas que imitan la estética de franquicias populares de películas, televisión y videojuegos. Desde un GPT que crea personajes al estilo de Pixar, otro que genera textos ambientados en el universo de Star Wars o uno que modula la voz de los usuarios para parecerse a personajes como Mario Bros.
La mayoría de ellos no han sido creados ni autorizados por los propietarios de esas franquicias, ha expresado TechCrunch. OpenAI se prepara ahora para una larga pelea por los derechos de autor en su GPT Store.
«Estas GPT se pueden utilizar para crear obras que hacen alusión a un tipo de uso legítimo protegido de reclamaciones de derechos de autor», según Kit Walsh, abogado de Electronic Frontier Foundation. Aunque la empresa no es la responsable ya que solo aloja los modelos en su tienda, no comete las infracciones en sí mismas.
Los responsables directos son los creadores que se lucran de una herramienta que genera contenido vulnerando los derechos de autor. OpenAI solo sería responsable si alentase a los usuarios de alguna manera para utilizar los GPT ilegales.
El caso es similar a otras plataformas que almacenan contenido como YouTube o Facebook. Estas redes sociales no asumen las consecuencias legales derivadas de los actos de sus usuarios, simplemente alojan su contenido con la posibilidad de poder eliminarlo si incumple sus respectivas políticas.
Con información de ComputerHoy