El proceso de congelación nos ha dado muchos beneficios a lo largo del tiempo gracias a poder hacerlo desde nuestro frigorífico o nevera. La conservación de los alimentos es posible, generando así una disminución en el desecho de comida. A veces nos pasamos en cantidades y la mejor forma de volver a disfrutar de ese plato en ese momento es congelándolo. Todo depende de gustos, pues hay personas a la que la comida congelada no le gusta, ya que pierde las propiedades del momento.
Y no van mal encaminados. Así como congelar alimentos como el pescado para prevenir la aparición de anisakis es necesario, hay otros tipos que no quieren las bajas temperaturas bajo ningún concepto. No tiene que ser solo por una cuestión de seguridad alimentaria, sino más bien de cambios de textura y sabor que a veces no son muy agradables.
Qué pasa en el proceso de congelación
Es importante que el proceso de congelación se haga de la mejor forma. Por eso, elige buenos recipientes o bolsas herméticas en los que no pueda entrar el aire y una temperatura adecuada, la recomendada está bajo los -18º. Así podrás conservar mucho mejor algunos alimentos, aunque no olvides etiquetarlos, ya que congelarlos no evita su caducidad, simplemente ralentiza la aparición de las enzimas y los microorganismos.
No obstante, hay una variedad de productos que para nada necesitan ese frío, ya que precisamente las bajas temperaturas romperían algunas propiedades haciéndolos menos nutritivos y en algunos casos puede provocar problemas en tu salud. A continuación, te vamos a contar cuáles son.
Nunca congeles huevos con cáscara
Vamos a comenzar por lo que de verdad puede ser un peligro para nuestra salud. Los huevos son un alimento con los que siempre se debe tener un especial cuidado, sobre todo cuando están crudos. Y es que la bacteria Salmonela suele estar muy presente en gallinas que contagian directamente a su huevo. No debemos dejarnos engañar, por tanto, por su cáscara protectora. Congelarlos con esta puede expandir el contenido o incluso explotar, siendo más fácil la contaminación.
Salsas emulsionadas y el peligro de que se corten
Si las salsas contiene huevo, nata y harina, congelarlas no es una opción. Es el ejemplo de las mayonesas, la salsa rosa y la bechamel. Aparte de romper las propiedades o cambiar su textura a seca y granulada, el proceso de congelar y descongelar puede hacer que se corte. Este proceso hace que los productos no se unan correctamente y se llegue a ingerir huevo crudo, lo que puede causar problemas estomacales como la diarrea o la antes mencionada contaminación de Salmonela.
Productos lácteos granulados
El proceso de congelación en productos lácteos como el yogur o el queso provoca que el sabor se vuelva más agrio. Por ello no se recomienda someterlos a muy bajas temperaturas. Al tener un alto contenido en grasas, estas tienden a granularse y perder así la textura de cremosidad. El queso, por ejemplo, se empieza a desmoronar y es muy difícil cortarlo, una vez congelado es muy difícil que vuela a su estilo inicial y contenga todas sus propiedades.
Patatas crudas o cocinadas, ¿necesitan congelación?
Lo más recomendable para una patata cruda que vaya a ser sometida a bajas temperaturas, es que haya cocido un mínimo antes, tal y como se encuentran en los congelados del supermercado. Este tubérculo destaca por su contenido de agua y congelarlo cambia completamente su textura. Es decir, puedes congelar una patata cruda y pelada, pero su fécula se descompondrá, perdiendo así la textura típica de la patata.
Las patatas que son cocinadas previamente pueden ser congeladas, pero siempre nos encontraremos una textura muy blanda y casi insípida por el proceso de descongelación. Las horneadas pueden durar un poco más, pero las fritas pierden su carácter crujiente.
Alimentos de hojas verdes y verduras crudas
Algunos alimentos como las lechugas y verduras crudas como el tomate, el pepino o el rábano pierden toda su esencia al congelarlos. Suelen ser ricos en agua y su estructura celular se dañan al someterlos a bajas temperaturas. El resultado es la oxidación, la pérdida de textura y el sabor amargo.
Con información de 20minutos