El cáncer duele y para los familiares de pacientes oncológicos del hospital pediátrico Dr. Agustín Zubillaga, es doble el sufrimiento desde la semana pasada, porque no han podido recibir su ciclo de quimioterapia por falta de un oncólogo. El viernes 14 de junio entregaron un informe al directivo del centro asistencial y les prometieron la respuesta para hoy, porque desean que se reincorpore la especialista jubilada Claudia Panebianco y se cumplan los lapsos indicados del tratamiento.
Nairobis Infante, es madre de una paciente que sufre meduloblastoma, señala que fueron atendidos y entregaron el informe con más de 20 firmas de padres que claman por la pronta solución. Les confirmaron que la especialista cumplió su tiempo hasta abril de 2024 y sin oncólogo pediatra no puede suministrarse tratamiento.
Confiesa que siente impotencia porque su hija justamente debería empezar su cuarto ciclo de quimioterapia, respetando sus tiempos porque de lo contrario, representa un retardo para la evolución en esa lucha que llevan contra el agresivo tumor cerebral desde octubre de 2022.
«A uno le toca resolver y sacar dinero de donde no hay, pedir colaboración y endeudarse por la salud de nuestros hijos», expresa Steve Ávila, quien llegó el lunes para confirmar el ingreso de su hija al ciclo 14 de quimioterapia, porque debía empezar el pasado martes.
La negativa fue rotunda y le tocó salir corriendo para averiguar dónde se la aplicaban en privado. Tuvo que conseguir $325 en menos de 24 horas y así asegurar la atención de su pequeña de 4 años de edad, que desde diciembre de 2021 se enfrenta al tumor cerebral.
Recomienda a los directivos que se pongan la mano en el corazón, porque la salud de un hijo no tiene precio y les toca «parir el dinero», con tal de evitar perder el avance que han tenido luego de la intervención quirúrgica y la continuidad de lo ciclos de quimioterapias para terminar de erradicar las lesiones malignas, evitando la diseminación fatal por metástasis. Así viven entre prestamos, colaboraciones y confiando en la caridad del prójimo.
Se llena de fe, para que se evalúe esta situación y no terminar buscando atención en hospitales de Valencia o Caracas. Han escuchado que se pueda manejar la alternativa de contar con apoyo de fundaciones y otras organizaciones, para contar con el especialista. Pero les advierten que la decisión de una posible reincorporación de Panebianco, dependería del Ministerio de Salud por su condición de jubilada.
Son tantos esfuerzos y más fuertes en foráneos, tal como la señora Celina Hernández y su hija que sufre linfoma de Hodgkin, oriundos de Chabasquén. Ella sólo cuenta con el apoyo de su esposo y en varias ocasiones le ha tocado salir a pedir colaboración en la calle, con el récipe médico en mano. Está próximo el tercer ciclo de quimioterapia y desde diciembre de 2023 no puede ver a sus otros dos hijos que se quedaron en Portuguesa. De hecho, al menor lo dejó de pocos meses de nacido y ya tiene 16 meses, la mayoría en su ausencia.
Con información de La Prensa de Lara