La disfonía es una alteración de la voz que afecta alguna de sus cualidades, como el tono, la intensidad, el timbre o la duración. En estos casos, la persona afectada percibe que su voz ha cambiado, la nota diferente y ya no puede utilizarla con la misma facilidad que antes lo hacía. Probablemente, la mayoría de las personas experimenten disfonía en alguna etapa de la vida. Esta afección puede ser temporal, asociada a procesos virales que suelen durar unos días, o puede volverse más persistente e instalarse en la voz.
“A las consultas suelen llegar pacientes que nos cuentan que en su voz algo cambió. Saber qué es lo que ocurre en una voz es una tarea que empieza en el paciente y que se realiza en equipo junto con los profesionales encargados, que son otorrinolaringólogos y fonoaudiólogos. La exploración de la laringe y la evaluación profesional de la voz permite llegar a un diagnóstico, entender qué está causando el síntoma vocal y, de ese modo, planificar una intervención”, explicó la licenciada Cecilia Cavallo, integrante del departamento de Fonoaudiología para Adultos de INECO.
Los tipos de disfonía
Existen diversas formas de clasificar las disfonías, entre ellas la propuesta por Behlau y Pontes. Según esta clasificación, estos son los distintos tipos existentes:
- Disfonías funcionales: se caracterizan por desórdenes del comportamiento vocal debido a un uso inadecuado de la voz (mal uso o abuso vocal) o a causas psicógenas. En la exploración laríngea de estas disfonías no se observan lesiones en los pliegues vocales.
- Disfonías orgánicas: están asociadas con alteraciones estructurales o anatómicas en el aparato fonatorio o en otros órganos del cuerpo.
- Disfonías orgánico-funcionales: engloban casos donde la base de la disfonía es esencialmente funcional, con aparición de lesiones secundarias. Se trata de una etapa posterior en la evolución de una disfonía funcional.