La glándula pineal tiende a calcificarse y a perder funcionalidad a medida que envejecemos, y de ahí que a medida que pasa el tiempo tengamos mayores problemas para dormir.
La glándula pineal o epífisis cerebral tiene forma de piña (de ahí su nombre) y cumple una función clave a la hora de regular los ciclos de sueño-vigilia. Además, se encarga de equilibrar los ritmos circadianos durante las estaciones.
El mayor enemigo de la glándula pineal es la calcificación.
Toma nota de estos consejos:
Debemos vivir de acuerdo a los ciclos de la naturaleza y la propia luz solar. Es decir, es muy recomendable aprovechar las horas de luz para pasear, para darnos “baños” de sol (siempre con seguridad y evitando, eso sí, las horas centrales del día).
Las luces de los ordenadores, móviles o televisiones resultan muy dañinas para la glándula pineal.
Lo ideal para permitir que hiciera su trabajo sería desconectar todos estos aparatos una hora antes de irnos a la cama.
Debemos dormir en completa oscuridad.
La vitamina D es ideal para cuidar de esta glándula.
La contaminación, y en especial el fluoruro, resultan muy perjudiciales para la glándula pineal. Un modo de eliminar el exceso de fluoruro es consumiendo fruta fresca y, sobre todo, tamarindo.
No dudes en mejorar, por tanto, tu estilo de vida, y en atender esta pequeña estructura del cerebro llamada glándula pineal que tanto favorece tu bienestar y salud.
Con información de Mejor con salud