¿Cómo cuidar un piercing microdermal?

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Foto: Archivo

Los piercing son un tipo de perforación que nunca pasa de moda. Aunque tienen momentos de auge y declinación, son piezas que ayudan a decorar el cuerpo con un estilo singular. El piercing microdermal es una variante popularizada a principios del siglo XXI que logró una aceptación rápida entre los fanáticos de este arte.

Aunque muchas veces así se relacionen, en realidad los piercing anteceden a la cultura punk. Las sociedades tribales han usado las perforaciones con motivos religiosos, estéticos o de jerarquía desde hace milenios, de modo que se encuentran en las tribus desde Borneo hasta del Imperio Azteca. Incluso, hoy en día, las comunidades que siguen el estilo de vida ancestral los usan.

Si eres fanático de estos accesorios con especial énfasis en la versión dérmica, a continuación te presentaremos todo lo que debes saber de ellos. En qué se diferencian de uno convencional, cómo se realiza la perforación y qué debes hacer durante su cuidado para reducir infecciones.

¿Qué es un piercing microdermal?

El piercing microdermal tiene un único orificio de entrada a la piel.

Conocidos también como «piercing de un solo punto», «intradermal» o «transdermal», son perforaciones que solo tienen un orificio de entrada en la piel. Contrario a los modelos tradicionales, un piercing microdermal sitúa parte de la pieza de anclaje debajo de la superficie de la piel, en concreto en la dermis (de ahí su nombre).

Su popularidad se debe, en parte, a que se usaron desde el inicio como un accesorio para complementar los tatuajes. Al ser discretos y tener solo un área de entrada, son perfectos para realzar el estilo de los grabados con tinta en la piel.

Los piercing microdermales se pueden colocar en cualquier parte del cuerpo, al menos en teoría. Esto se debe a que se recomienda la perforación en zonas carnosas y lejos de las articulaciones. Los lugares más comunes donde se suelen encontrar son:

Pecho.

Espalda.

Muslos.

Abdomen.

Rostro.

Brazos.

Los implantes microdermales son más caros que una perforación convencional y la incisión la debe hacer un profesional. Esto último debido a que se realiza un corte en la piel, el cual determina la durabilidad del accesorio y los posibles inconvenientes que pueden surgir en el proceso.

Partes del piercing microdermal

A grandes rasgos, una perforación microdermal consta de un accesorio con dos partes: una inferior y una superior. La parte inferior, aquella que se localiza debajo de la piel, se denomina ancla, base, pie o talón y cuenta con una pequeña rosca que sobresale sobre la superficie.

Es en esta donde se instala la parte superior, denominada joya o pieza de piercing. La ventaja de este sistema de prensado es evidente: puedes cambiar el accesorio principal las veces que quieras, de manera que las posibilidades estéticas son más amplias en contraste con modelos tradicionales.

El ancla del piercing dérmico tiene entre 6 y 7 mm de largo y su diseño reduce las posibilidades de desplazamiento. Ambas piezas, la superior y la inferior, suelen estar fabricadas de titanio quirúrgico (el más común y seguro), acero inoxidable quirúrgico, oro o niobio.

¿Cómo es el procedimiento?

La perforación para colocar un piercing microdermal es relativamente sencilla, al menos siempre que el artista cuente con experiencia. Los pasos pueden variar en función del estilo que este elija, aunque el proceso convencional se realiza de la siguiente manera:

Se limpia la zona para evitar infecciones durante el corte. La zona debe estar completamente estéril, así como los instrumentos utilizados.

Cuando la zona esté seca, el artista marcará el área a perforar con un bolígrafo o un marcador. Así, se logra mayor perfección, sobre todo si se hace para complementar un tatuaje.

Con ayuda de un punzón dérmico, retirará un parte de la piel para crear un vacío para el ancla. Esto también lo puede hacer con una aguja especial dibujando una L en la superficie de la piel.

Luego, tomará unas pinzas especiales y posicionará el ancla o parte inferior del accesorio en su locación base. La dirección y profundidad las determinará con base en su experiencia y el área de colocación.

Tan pronto esta parte del piercing esté fija, el artista concluirá enroscando el accesorio superior, o joya.

El proceso toma solo unos minutos y se realiza sin necesidad de aplicar anestesia local. Es muy posible que el profesional se tome más tiempo desinfectando la zona antes y después de la colocación del implante dérmico que instalando el accesorio en sí.

Posibles riesgos del piercing microdermal

Al igual que sucede con otros tipos de piercing, la perforación microdermal conlleva una serie de riesgos. Las complicaciones varían según la sensibilidad de la piel, la calidad de la implantación, el cuidado posterior y el material del accesorio. Las más comunes son las siguientes:

Infecciones: si la zona no se esterilizó de manera apropiada, una comunidad de bacterias puede encontrar el ambiente perfecto para penetrar en la dermis. Se estima que entre el 10 % y el 15 % de las perforaciones se infectan, sobre todo de S. aureus, Pseudomona y estreptococos del grupo A.

Daño al tejido o cicatrices: debido a una mala incrustación del ancla, a una piel sensible o a la rotura de vasos sanguíneos o nervios cercanos.

Rechazo: ocurre cuando el organismo expulsa por sí solo al ancla del piercing debido, en parte, a la expansión de los tejidos de la dermis. Esto, aunque no sucede siempre, se considera natural, ya que se identifica al accesorio como un cuerpo extraño invasivo.

Desplazamiento: aunque su diseño minimiza las posibilidades de que esto suceda, el ancla de la dermis se puede desplazar debido a una mala colocación. Corregirlo es fácil, siempre y cuando se haga en sus estados iniciales.

Alergias: una dermatitis alérgica es otra de las complicaciones de la perforación. Esta se puede generar debido a la composición de ambas piezas a los instrumentos utilizados o, incluso, a los guantes que use el artista.

Existen otras complicaciones que se pueden presentar, como es el caso de las hemorragias internas, el granuloma piogénico, los desgarros traumáticos o los queloides. Aunque casi todos estos efectos adversos se comparten también con otros tipos de piercing, en el caso de los microdermales las posibilidades son un poco más altas.

Cuidados después del proceso

La higiene del profesional que haga la perforación es clave para evitar infecciones que compliquen la joyería.
Si quieres reducir la probabilidad de que tu piercing microdermal derive en algunas de las condiciones anteriores, entonces debes poner especial atención a su cuidado posterior al proceso. Sigue estos consejos para que te recuperes en un tiempo promedio de 4 a 12 semanas:

Mantén la zona cubierta durante los primeros días

Durante los primeros 7 días debes cubrir el área de perforación con gasa quirúrgica. Ten en cuenta que estos son los días más importantes, ya que la zona se encuentra sensible, parcialmente expuesta y propensa a recibir infecciones de patógenos externos.

En la medida de lo posible, evita que le dé luz solar directa y que se moje cuando te duchas. Evitar ir a la playa, por ejemplo; es una restricción que debes asimilar durante los primeros días. Debes cambiar la gasa a diario para evitar infecciones.

Limpia la perforación dos veces al día

O solo una vez, depende de dónde te la hayas hecho, qué tan profundo tuvo que ir el artista y qué sugerencias específicas te haya dado. Lo importante es hacerlo diariamente con ayuda de una solución salina o, en su defecto, sal marina.

Lo que debes hacer es eliminar cualquier rastro de sangre seca y desinfectar el área para que las bacterias no proliferen. Por supuesto, debes lavarte las manos con agua y jabón para evitar infectar la zona durante su limpieza. Sé cuidadoso y evita dejar rastros de humedad cuando coloques la gasa otra vez.

Evita hacer actividad física

Al menos durante la primera semana, ya que un movimiento brusco puede evitar que la costra de sangre inicial cierre la herida de forma correcta, de modo que la cicatrización no se realiza en los tiempos esperados. Esto aplica, sobre todo, si realizas actividades que demandan cierto grado de intensidad.

Por otro lado, debes evitar cualquier tipo de movimiento brusco que pueda hacer desplazar el ancla inferior o hacer que la pieza superior se separe de ella. Ten especial cuidado con el roce con ciertos objetivos o con la posición que elijes para descansar durante la noche.

No uses ropa ajustada

Aunque esto puede ser un problema en función del lugar de la perforación (como la zona genital, por ejemplo), debes evitar usar prendas ajustadas cerca del piercing microdermal. La razón es muy simple: no dejan que el área reciba suficiente aire, motiva la sudoración e impide que la cicatrización se lleve a cabo.

En vez de ello, opta siempre por prendas holgadas y hazlo al menos hasta que su curado haya finalizado del todo. La ropa muy apretada también puede favorecer a la interacción con otros agentes, como los cabellos humanos, que pueden ocasionar infecciones locales en la herida.

No uses cremas o perfumes cerca de la perforación

Un error que comenten aquellos que por primera vez se colocan un piercing microdermal es usar cremas, lociones, perfumes o maquillaje cerca de las piezas. Los compuestos de estos productos pueden ocasionar reacciones desfavorables en la herida (sobre todo si esta aún es reciente).

En caso de que quieras optar por alguno de estos, lo recomendable es que lo hagas a unos cinco centímetros de la perforación. También, es conveniente que uses un secador para evitar que los restos del tópico o el líquido se desvíen hacía la joya. El uso del secador lo puedes aplicar luego de bañarte y curar la herida para tenerla en todo momento seca.

No trates de cambiar la pieza

Este es otro error de novato que debes evitar a toda costa. En teoría, y al menos para facilitar la cicatrización interna y externa, no debes cambiar la pieza superior del piercing. Hacerlo es contraproducente para el ancla inferior, ya que este se puede deslizar o cambiar de dirección debido a que los tejidos circundantes no se han curado por completo.

Los profesionales de este arte recomiendan hacer esto solo después de los tres meses o, en su defecto, cuando la cicatrización haya finalizado. También recomiendan no hacerlo en casa y optar, en cambio, por su mediación para evitar los dos peligros anteriores.

Piercing microdermal: el cuidado es fundamental

Estos son algunos cuidados que debes tener en consideración para cuidar tu nuevo piercing microdermal. Como ves, no se distinguen mucho de los cuidados de una pieza convencional, aunque en este caso las complicaciones son más altas debido en parte al grado de exposición de la herida. En función de la zona, como los genitales, el profesional puede sugerir cuidados adicionales.

En caso de que durante el proceso llegues a experimentar síntomas como fiebre, secreciones intensas, dolor concentrado en la zona perforada, mal olor y sarpullido, entonces infórmaselo cuanto antes al artista para que juntos ataquen la posible infección. También puedes acudir directamente a un centro médico.

Recuerda, por último, solo realizar el procedimiento de la mano de un artista cualificado y en un lugar con estrictas medidas de higiene. Una buena parte de las complicaciones se ocasionan cuando estas dos variables no están presentes. Cuando sí se cumplen, tienes mayores posibilidades de una recuperación exitosa.

Con información de 800 Noticias