¿Cómo descongelar el freezer sin químicos ni herramientas peligrosas?

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Foto: Archivo

Descongelar el freezer es una tarea esencial para mantener su buen funcionamiento y conservar los alimentos en óptimas condiciones. Muchas personas buscan alternativas que no requieran productos químicos ni el uso de herramientas peligrosas que puedan dañar el aparato.

Existen métodos caseros y seguros que permiten eliminar el hielo acumulado de manera eficaz, informó el bliog especializado Smart House. Utilizando materiales simples disponibles en cualquier hogar, se garantiza un mantenimiento práctico y sin riesgos para la salud.

Cómo descongelar el freezer con papel aluminio, paso a paso

  1. Vaciar el freezer completamente: retirar todos los alimentos, bandejas y repisas de la heladera. Colocar los productos en una hielera o bolsa térmica para mantenerlos en buen estado durante el proceso.
  2. Cubrir las paredes internas con papel aluminio: cortar trozos grandes de papel aluminio y añadirlos bien a las paredes internas del freezer. Este material permitirá que el calor se distribuya de manera uniforme y ayude a desprender el hielo acumulado.
  3. Calentar agua hasta hervir y colocarla en el freezer: hervir agua en una olla y colocarla, aún caliente, dentro del congelador sobre un repasador seco (para evitar contacto directo con el plástico). Cerrar la puerta del freezer y dejar que el vapor y el calor actúen entre 10 y 15 minutos.
  4. Retirar el hielo desprendido: pasado el tiempo, abrir el freezer. El hielo debe haberse ablandado considerablemente o comenzado a desprenderse. Usar una espátula o cuchara de plástico para quitar el hielo fácilmente sin dañar el interior.
  5. Secar y reordenar el freezer: con un trapo limpio, secar completamente el interior del freezer para eliminar cualquier resto de agua. Volver a enchufar el aparato y organizar nuevamente los alimentos en su interior.

Otras formas de descongelar el freezer, rápido y fácil

Otra opción segura y rápida, siempre con el freezer desenchufado, es emplear un secador de pelo en el ajuste de aire caliente, dirigido a una distancia prudente de las paredes del freezer, evitando el contacto directo con el plástico para no dañarlo. El aire caliente acelera el derretimiento del hielo, pero es importante mantener el secador en movimiento y utilizarlo con mucho cuidado para prevenir cortocircuitos o quemaduras.

Además, se puede aprovechar una lámpara portátil de calor (tipo halógeno) colocada fuera del freezer pero orientada hacia su interior, lo que genera un ambiente cálido y seguro para acelerar la descongelación. Aunque menos común, este método es efectivo en freezers pequeños y cuando se requiere liberar espacio rápidamente.

En todos los casos señalados, es indispensable nunca recurrir a herramientas punzantes o metálicas: los objetos filosos pueden dañar las superficies internas y afectar el buen funcionamiento del aparato. Igualmente, antes de volver a enchufar el freezer, conviene secar perfectamente el interior para evitar problemas eléctricos o la formación de nueva escarcha.

Cómo saber cuando es tiempo de descongelar el freezer

Una de las principales señales es la acumulación visible de hielo en las paredes internas. Cuando la capa de escarcha supera el medio centímetro de espesor (aproximadamente el grosor de una moneda), es señal de que el aparato necesita una limpieza. Una escarcha más gruesa no solo ocupa espacio útil, sino que también dificulta la circulación del aire frío y obliga al motor del freezer a trabajar con mayor esfuerzo para mantener la temperatura adecuada.

También es recomendable descongelar si notas que las bandejas internas o los cajones quedan atascados o no pueden moverse con facilidad debido al hielo. Otra señal de alerta es el aumento del consumo eléctrico sin razón aparente, lo que puede estar relacionado con el exceso de escarcha que obliga al freezer a mantenerse encendido más tiempo.

Cada cuánto se recomienda descongelar el freezer

En freezers que no cuentan con sistema automático de descongelamiento (No Frost), lo ideal es hacer la limpieza cada tres o cuatro meses, aunque en ambientes con mucha humedad puede ser necesario hacerlo con mayor frecuencia. Además, si se observa formación rápida de hielo después de abrir muchas veces la puerta o tras dejarla mal cerrada, conviene realizar el procedimiento cuanto antes para evitar que el hielo se siga acumulando.

En ambientes con mayor humedad, o si se abre la puerta del congelador con frecuencia, la acumulación de hielo puede acelerarse. En estos casos, puede ser necesario adelantar la limpieza antes del plazo habitual para evitar problemas de funcionamiento o aumento en el consumo eléctrico.

Con información de Infobae