La guía llamada “Abordaje clínico-práctico personalizado del paciente con insomnio crónico en el contexto sanitario español” busca asegurar la funcionalidad diurna del paciente y acompañarle hasta que alcance un sueño saludable.
En ella han participado diferentes especialistas de Alianza por el Sueño con la validación de profesionales pertenecientes a 20 organizaciones que incluyen sociedades científicas y entidades relacionadas como la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y la Sociedad Española del Sueño (SES), entre otras.
La Alianza por el Sueño es una plataforma de trabajo compuesta por distintos profesionales sanitarios de los trastornos del sueño que representan a numerosas Sociedades Científicas relacionadas con este problema, así como representantes de los pacientes.
El objetivo de la guía práctica
La guía recoge aspectos clave del manejo terapéutico desde la evidencia científica y la experiencia clínica. Con ello, trata de mejorar la calidad asistencial del personal sanitario involucrado en el diagnóstico y tratamiento del insomnio.
“La guía es un documento eminentemente práctico de recomendaciones. Se han seleccionado aquellos perfiles clínicos más comunes que fueron definidos por los expertos, considerando que estos cubren el espectro de circunstancias clínicas, ya que existe una gran variedad de escenarios en este sentido”, afirma la doctora Odile Romero, Coordinadora del grupo de salud de la Alianza por el Sueño, jefa clínica de Neurofisiología y coordinadora de la Unidad del Sueño del Hospital Vall d´Hebron y Hospital Quirónsalud de Barcelona, una de las autoras de esta guía.
El insomnio: un problema de salud creciente
El insomnio crónico es, según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la condición de cantidad y/o calidad de sueño insatisfactoria, al menos durante 3 días a la semana, que persiste durante un período de 3 meses o más, incluyendo la dificultad para conciliar el sueño, dificultad para permanecer dormido o despertar final temprano.
Según Alianza por el Sueño, los trastornos del sueño se relacionan con la exposición a situaciones estresantes o exigentes que afectan cada día a más personas. Actualmente se estima que la incidencia en problemas del sueño es de un 40 % a nivel mundial y entre un 20 % y un 48 % a nivel nacional cuya prevalencia se observa en mujeres de edades más avanzadas.
El insomnio crónico afecta a más de cinco millones y medio de personas en España, con unas consecuencias tanto físicas como mentales.
Dormir es una necesidad fisiológica tan fundamental como respirar, comer sano y hacer ejercicio para poder tener un buen estado de salud físico y mental, destacan los profesionales de Alianza por el Sueño.
Se han llegado a perder en los últimos años más de 2 horas de sueño por semana, que, según la guía, es consecuencia de la deuda sistemática que contrae con el sueño una sociedad basada en las prisas e inmediatez.
Esferas a las que afectan los problemas del sueño
La evidencia científica, según la plataforma que ha liderado la guía, ha identificado que la falta sostenida de sueño reparador es un riesgo para la mortalidad y comorbilidad de enfermedades graves. Esto puede derivar en problemas cardiovasculares, metabólicos, inmunológicos o mentales, entre otros.
Esto se materializa en dificultades como:
- Relaciones personales y gestión emocional.
- Toma de decisiones.
- Descenso de la productividad, que incrementa el absentismo laboral y los problemas económicos que acarrea.
- Funciones cognitivas como la atención y la memoria.
- Falta de concentración, que aumenta el riesgo de sufrir un accidente laboral o de tráfico.
Decálogo de recomendaciones de la guía
A continuación, recogemos varios puntos del decálogo de recomendaciones de la guía dirigidos al personal sanitario.
- Las guías internacionales actuales sobre los trastornos del sueño sugieren que el insomnio crónico debe considerarse desde una perspectiva de enfermedad con entidad propia, por lo que su diagnóstico no debe depender de la de ningún otro trastorno físico o mental y requiere de un tratamiento físico e independiente.
- Para el diagnóstico y monitorización, es necesario basarse en criterios clínicos obtenidos durante la entrevista médica, utilizando herramientas útiles como entrevistas con los pacientes, check lists y algoritmos.
- El tratamiento es imprescindible para mejorar el trastorno de insomnio crónico. Sus objetivos principales consisten en mejorar el sueño nocturno y la función diurna y promover buenos hábitos de sueño.
- Es necesario tener en consideración el contexto y los distintos escenarios clínicos que pueda presentar un paciente con insomnio para poder definir una estrategia terapéutica adecuada.
- La terapia cognitivo-conductual para el insomnio (CBTi por sus siglas en inglés) consiste en determinar los pensamientos y comportamientos que ocasionan los problemas de sueño o los empeoran. Mediante esta terapia se enseña a los pacientes a reemplazar estos pensamientos y comportamientos con hábitos que favorecen el sueño profundo.
- Según los expertos esta debe ser la primera línea de tratamiento del insomnio y siempre debe ofrecerse al paciente, si está disponible. Si no está disponible, no es eficaz, o el paciente no la acepta, se puede plantear el tratamiento farmacológico.
- No se recomienda abusar de fármacos a largo plazo. El medicamento de mayor duración prescrito es el daridorexant cuyo tratamiento puede durar hasta los 12 meses. Respecto a los medicamentos a base de plantas medicinales tampoco están recomendados para el tratamiento a corto plazo.
- Se recomienda el trabajo interdisciplinar con las Unidades de Sueño, así como con otros profesionales implicados en el manejo de estos pacientes para lograr un abordaje transversal.
- Es importante formar a profesionales e informar a pacientes y población general sobre la importancia de la salud relacionada con el sueño, así como sobre buenos hábitos de higiene del sueño.
Otras recomendaciones
Además, la guía implementa tres recomendaciones basadas en los errores que se han cometido en el tratamiento de los trastornos del sueño:
- Involucrar al paciente activamente: contar con el interés y colaboración del paciente para recuperar los hábitos de sueño saludables, así como comunicarle que la recuperación no es un proceso lineal, sino que tendrá altibajos.
- Establecer un plan de modificaciones de hábitos del sueño: Es muy importante señalar las medidas de higiene del sueño, con el fin de restablecer la adecuada sincronización de los mecanismos circadiano y homeostático que faciliten la obtención de un sueño de calidad. La CBT-I es recomendable en estos casos. También proponen objetivos como:
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- Fijar las horas de sueño.
- Establecer un tiempo en cama y no superarlo.
- No intentar recuperar las horas de sueño durante el día.
- Retirar la presión psicológica por dormir.
- Realizar actividad física y relajante.
- Reducir progresivamente la medicación: Es recomendable establecer un plan de disminución gradual de dosis de los fármacos que pueda consumir el paciente, hasta lograr retirarlos si es posible.
Una guía que apuesta por un abordaje multidisciplinar
El documento parte de los retos frecuentes en la clínica diaria y permite a los especialistas conocer los criterios clínicos que deben identificar durante la entrevista médica a partir de las recomendaciones que incluye en el decálogo.
La guía también destaca la importancia del consenso multidisciplinar y la participación de las asociaciones de pacientes con el fin de garantizar una visión amplia del contexto y su situación clínica.
Durante el desarrollo del proyecto, un grupo de expertos debatieron sobre su área de experiencia, cuyos aportes se registraron en un documento de conclusiones optimizando así el manejo transversal y multidisciplinar de los pacientes. Para analizar cada escenario clínico relacionado con el insomnio observaron la situación actual, puntualizaron los retos que presenta y a partir de ahí elaboraron las recomendaciones de la guía.
“Para los profesionales de Atención Primaria, junto a enfermería y farmacia, disponer de unas recomendaciones de manejo clínico adecuadas al contexto sanitario español actual y que incluyan distintos perfiles de pacientes o escenarios clínicos supone una herramienta de gran ayuda de cara a atender, tratar y diagnosticar al paciente que pueda padecer insomnio crónico”, puntualiza el doctor Lorenzo Armenteros, miembro del Grupo de salud de la Alianza.
Con información de EFE