Las grietas en los pezones son un problema común durante la lactancia, pero pueden prevenirse tomando ciertas precauciones desde el principio. Estas fisuras suelen aparecer por una mala posición del bebé al amamantar o por el agarre incorrecto del pezón, lo que genera una fricción excesiva o una presión constante. Aquí te compartimos algunas recomendaciones para prevenir las grietas en el pezón durante la lactancia.
Buena posición y agarre
Asegúrate de que tu bebé esté bien colocado y que tenga un agarre adecuado del pecho. El bebé debe tomar no solo el pezón, sino también una parte de la areola, lo que reduce la fricción y el daño a la piel del pezón. Para garantizar esto, la boca del bebé debe estar bien abierta antes de que comience a succionar, con sus labios hacia afuera, cubriendo una buena parte de la areola.
Cambiar de posición
Alternar las posiciones de amamantamiento frecuentemente evita que la presión se concentre siempre en el mismo lugar del pezón. Intenta variar entre posiciones como la de cuna, fútbol americano o acostada de lado para distribuir el peso de succión.
Es importante mantener los pezones limpios y secos. Después de cada toma, puedes dejar secar al aire un poco de la leche que queda en los pezones, ya que contiene propiedades antibacterianas y ayuda a mantener la piel hidratada. Evita el uso de jabones fuertes o productos que puedan resecar la piel.
Hidratación
Mantén los pezones hidratados utilizando lanolina u otros ungüentos aprobados para la lactancia. Evita productos con alcohol o perfumes que puedan irritar la piel sensible.
Consultar a un profesional
Si experimentas dolor persistente o grietas en los pezones, acude a un asesor en lactancia para revisar la técnica de amamantamiento y recibir apoyo personalizado.
Con información de 2001