Eliminar los granos del rostro de manera adecuada es crucial para evitar cicatrices, infecciones o un empeoramiento del problema. Los dermatólogos y especialistas en cuidado de la piel aconsejan seguir un enfoque cuidadoso y metódico, comenzando con una rutina de limpieza adecuada y utilizando productos específicos.
Primero, es esencial mantener la piel limpia. Los expertos sugieren lavar el rostro dos veces al día con un limpiador suave, evitando productos agresivos que puedan irritar o resecar la piel. Esto ayuda a eliminar el exceso de grasa, suciedad y células muertas, principales responsables de la obstrucción de los poros.
En casos más severos, un dermatólogo puede sugerir tratamientos médicos como antibióticos orales, isotretinoína o terapia hormonal. Estos abordajes son efectivos para combatir el acné persistente, pero requieren un monitoreo médico debido a posibles efectos secundarios.
Además, los especialistas desaconsejan exprimir los granos. Este hábito puede causar cicatrices permanentes y diseminar bacterias, empeorando la condición de la piel. En lugar de ello, recomiendan utilizar parches para acné que protegen la zona afectada y aceleran la curación.