La resequedad de la piel ocurre cuando esta pierde agua y aceite de forma natural, ya que, si el organismo estuviese funcionando correctamente el órgano más grande del cuerpo debe producir colágeno, lo cual es beneficioso para que se mantenga hidratada sin necesidad de aplicar cremas que contribuyan a lograrlo.
Sin embargo, cuando la piel entra en un estado extremo de resequedad algunas personas optan por realizarse tratamientos estéticos que ayudan a recuperarla, pero otras prefieren optar por preparar fórmulas naturales que cumplan con la misma función, con el objetivo de no exponerse a químicos abrasivos.
En ese contexto, la miel es una de las sustancias naturales más famosas para recuperar la textura de la piel, gracias a las propiedades que contiene. Lo ideal es mezclarla con aceite de almendra y zanahoria rallada, combinación perfecta para aplicar en la zona afectada.
Cabe destacar, que puedes repetir el referido tratamiento la cantidad de veces que sea necesario hasta obtener el resultado deseado, el cual será rápido o lento en función del estado en el cual se encuentre tu piel, es decir, si la resequedad es nivel tres, mínimo tardarás 15 días en lograr que desaparezca por completo.
En definitiva, si deseas lucir una piel lisa, tersa y radiante lo más recomendable es que establezcas una rutina de cuidado, a fin de evitar la aparición de lesiones que puedan agravarse con el transcurrir del tiempo.
Con información de 2001