La oxitocina, un neurotransmisor y hormona generada principalmente en el hipotálamo y secretada por la glándula pituitaria, ha sido objeto de extensas investigaciones desde su descubrimiento en el siglo XX. Conocida popularmente como la “hormona del amor”, su influencia abarca procesos emocionales, fisiológicos y sociales, desempeñando un rol crucial en las relaciones humanas, la reproducción y el bienestar emocional.
¿Por qué se le llama la “hormona del amor”?
La psicóloga Natalia Lorenzo señala, en un artículo publicado en la página web de la compañía de seguros sanitarios Aegon, que esta sustancia ha recibido este apodo debido a su impacto en las interacciones sociales y los vínculos emocionales. Según Lorenzo, “esta hormona se emite en situaciones de proximidad física y emocional, tales como los abrazos, los besos y las interacciones sexuales. Su liberación genera emociones de gozo, unidad y seguridad, fortaleciendo los lazos entre parejas y también entre progenitores e hijos”.
Además, la experta destaca que la oxitocina tiene efectos sobre la reducción del estrés al disminuir la actividad de la amígdala, una región cerebral asociada al miedo y las emociones negativas. Esto propicia la estabilidad emocional y fomenta relaciones saludables y duraderas.
Lorenzo detalla diversas funciones de la oxitocina que se extienden más allá de su apodo como “hormona del amor”. Entre las más destacadas se encuentran la regulación social y emocional, ya que promueve la interacción social, incrementa la empatía y mejora la capacidad de reconocer emociones en los demás.
En un artículo, la Universidad Europea detalla que la oxitocina se produce en el hipotálamo y que cuando esta hormona se sintetiza queda almacenada en la glándula pituitaria para, posteriormente y cuando ser requiere, “ser liberada en el torrente sanguíneo como respuesta a diferentes estímulos”. Sobre todo, aquellos relacionados con lo emocional, intimidad y contacto físico.
La oxitocina es la hormona “de la calma, del amor y del contacto y se libera cuando se dan estas condiciones”, apuntan. De modo que, continúan, “se inhibe por la adrenalina en situaciones de peligro, emergencia o desagradables como cuando tenemos frío o sentimos miedo”.
Existen formas naturales de fomentar la producción de esta hormona, como resalta Lorenzo. La principal es el contacto físico, a través de abrazos o caricias. También se incluye el sexo o las intenciones sociales que resultan agradables.
El papel de la oxitocina en el parto
Una de las funciones más conocidas de la oxitocina es su intervención durante el proceso del parto. La hormona se libera en grandes cantidades durante las contracciones uterinas, facilitando la dilatación del cuello uterino y favoreciendo la expulsión del bebé. También contribuye a reducir el dolor mediante la liberación de endorfinas y ayuda a evitar hemorragias al inducir la contracción del útero tras el parto. Tras el nacimiento, la oxitocina sigue siendo clave al estimular la producción de leche en la lactancia. En el ámbito médico, su versión sintética, conocida como pitocina, se utiliza para inducir el parto en casos necesarios.
Con información de Infobae