En el océano Índico, a casi 3.000 kilómetros de la costa occidental de Australia, se encuentra un remoto archipiélago de 27 atolones coralinos conocido como las Islas Cocos (Keeling).
Este territorio, cuya mayoría de islas no supera los cinco metros sobre el nivel del mar, enfrenta una grave amenaza: la imparable subida del océano, como consecuencia del cambio climático.
La erosión costera y la creciente frecuencia de inundaciones hicieron que el gobierno australiano planteara la reubicación de los habitantes de las islas, una medida que ya generó indignación y resistencia en la comunidad local.
Con una superficie terrestre reducida, la geografía de Cocos se compone de atolones bajos y frágiles, que dependen de los arrecifes de coral para su estabilidad.
Desde 1955, el territorio pertenece a Australia, aunque su historia se remonta a la colonización británica en 1857 y a la llegada de trabajadores malasios en el siglo XIX para la explotación del cultivo de coco.
Con información de La Patilla