Consumir frutos rojos no solo se valora por su sabor y aroma distintivos, sino también por sus múltiples beneficios para mejorar la salud de los riñones; de acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud (NIH), estos frutos son una rica fuente de vitaminas A, C y E, así como de ingredientes bioactivos y nutrientes esenciales.
Los frutos rojos como las fresas, cerezas, moras, arándanos, uvas y grosella negra contienen minerales importantes como calcio, fósforo, hierro, magnesio, potasio, sodio, manganeso y cobre. Estos nutrientes, junto con la fibra dietética, poseen un efecto antioxidante en el organismo, donde ayudan a prevenir enfermedades no transmisibles, incluidas las neurológicas, cardiovasculares, obesidad, osteoartritis, diabetes mellitus y algunos tipos de cáncer, según el NIH.
Sin embargo, es esencial consumir estos frutos con moderación, dado que excederse puede provocar efectos adversos como náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal. La ingesta balanceada de frutos rojos, según sitios de salud, es clave para mantener una buena salud sin provocar reacciones negativas.
En cuanto a la función renal, las fresas son especialmente beneficiosas por contener fenoles como antocianinas y elagitaninos, que mejoran la función renal y facilitan la eliminación de desechos. Los arándanos, por sus propiedades antiinflamatorias, combaten bacterias que pueden causar infecciones urinarias. Las frambuesas, ricas en ácido elágico y flavonoides, ayudan a neutralizar los radicales libres y mejorar la función renal.
Por último, las uvas, fuente significativa de bromelina, una enzima digestiva, contribuyen a disolver los cálculos renales, propiedades destacadas que hacen de los frutos rojos un componente valioso en una dieta saludable y equilibrada.
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