El Discóbolo Lancellotti, réplica romana del siglo II a. C. considerada la más fiel del original perdido de bronce del escultor griego Mirón (siglo V a.C.), ha provocado un «enfrentamiento» entre Alemania e Italia, que se niega a entregar la obra que se encuentra en el Museo Nacional Romano.
«Deberán pasar por encima de mi cadáver», declaró el ministro italiano de Cultura, Gennaro Sangiuliano, en una reciente intervención en Nápoles para referirse a los responsables de la Gliptoteca de Múnich, que han pedido que se les devuelva la escultura comprada por el Gobierno nazi en 1938.
«La obra debe permanecer absolutamente en Italia porque es patrimonio de la nación. Espero que nos devuelvan la base del siglo XVII. Creo que la Ministra Federal de Cultura, Claudia Roth, no sabe nada de esto. Y estoy seguro de que la colaboración entre Alemania e Italia, ya excelente en muchos campos, mejorará aún en el futuro también en el cultural», añadió Sangiuliano.
El «conflicto» nace de una carta enviada por el director del Museo Nacional Romano, Stéphan Verger, a Florian S. Knauß , director de la Gliptoteca, reveló este sábado Il Corriere della Sera.
Verger pedía en la misiva recuperar la base de mármol del siglo XVIII en la que reposaba el Discobolo, encontrado en 1781 en Roma, antes de ser vendido a la fuerza a los nazis por su propietario, el príncipe romano Lancellotti, por voluntad del dictador Benito Mussolini y en contra del dictamen negativo del ministro de Educación y del Consejo Superior de las Ciencias y las Artes, según las mismas fuentes.
Mussolini quería complacer a Adolf Hitler, que había quedado impresionado por la estatua durante su visita a Roma en mayo de 1938 puesto que representaba un emblema de la estética nazi, después de que la directora Leni Riefenstahl lo utilizase en su documental «Olympia» dedicado a los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936.
La estatua fue comprada por 5 millones de liras y entregada al museo de Munich, donde permaneció hasta el 16 de noviembre de 1948, cuando el ministro Rodolfo Siviero logró incluirlo en la larga lista de obras de arte transportadas ilegalmente a la Alemania nazi y que regresaron a Italia.
En su respuesta, el director de la Glipoteca no solo se muestra contrario a entregar la base de mármol solicitada, sino que recuerda su «reivindicación legal de la devolución del Discobolo», al señalar que «la escultura fue adquirida legalmente por el Estado alemán», dice, sin mencionar el régimen fascista ni el nazi.
«Las instituciones italianas en el poder en ese momento estuvieron de acuerdo con la exportación. Ni siquiera fue un ‘regalo’ para Adolf Hitler. La repatriación a Italia violó la ley, según la opinión legal del Estado bávaro y de nuestro museo», indica en la misiva el responsable alemán.
El Discóbolo fue exhibido este año en «Arte Liberata 1937-1947», una exposición en las escuderías del Quirinal que mostraba la labor de un grupo de funcionarios italianos que protegieron de las bombas y del expolio nazi miles de obras de arte, como pinturas de Piero della Francesca, Botticelli, Tiziano y Luca Signorelli, entre otros maestros.
Con información de EFE