El poco presupuesto que se le asigna a las universidades públicas por parte del Ministerio de Educación Superior es insuficiente para que las autoridades de estas casas de estudios puedan sostener los servicios de beneficio estudiantil, convirtiéndose en la principal causa para que los comedores de tres universidades del estado Lara trabajen con intermitencia o se encuentren totalmente inactivos.
Actualmente cuatro comedores de los cinco con los que cuenta la Ucla están cerrados, solo el ubicado en el decanato de ciencias de la salud funciona de lunes a viernes para atender a 400 estudiantes. En el caso de la Upel los dos que tiene permanecen cerrados desde hace un aproximado de cinco años, mientras que en la Unexpo de tres comedores (Barquisimeto, Carora y El Tocuyo) solo uno está activo pero funciona de forma intermitente tres veces a la semana para atender a 500 estudiantes.
Aquellos que han sido clausurados lucen sombríos, con mesas arrumadas y una que otra banca con posibilidad de recuperación. Las áreas dónde se ubican las cocinas han sido desvalijadas por delincuentes que al ver estos espacios solos han hurtado ollas, cubiertos, vasos y bandejas. Además han roto los vidrios de las ventanas, dejando en mayor vulnerabilidad estas áreas que adicionalmente están rodeadas de maleza.
Según afirman los responsables del departamento de bienestar estudiantil, así como autoridades rectorales, el poco dinero que ingresa por medio de las providencias, que son recursos que otorga el estado para el beneficio de los estudiantes de las universidades ya sea para el servicio médico, comedor y transporte, alcanza exclusivamente para el mantenimiento, sin embargo el monto asignado es insuficiente para destinarlo a la compra de alimentos e implementos de cocina, y pago de personal que permita mantener el funcionamiento los cinco días.
El decano de la Universidad Pedagógica Libertador (Upel), Nelson Silva, sostiene que al ser una universidad pública todos los recursos los proporciona el estado y que en esa casa de estudios tienen mucho tiempo sin recibir provisiones que les permita en primer lugar activar los comedores ubicados en la avenida Los Horcones con calle 64 y el ubicado al final de la avenida Vargas en Barquisimeto.
«El comedor al igual que otros servicios no escapan de la crisis universitaria que acobija a todos los centros de educación superior del país, la Upel ya lleva cinco años que no se destinan recursos para el comedor, se envía para bienestar estudiantil pero de manera específica que va al área de medicina, odontología y transporte, pero para el comedor no tenemos nada», precisó Silva, sin embargo estarían evaluando la posibilidad de unificar esfuerzos entre toda la comunidad universitaria para activar uno de los comedores.
En el caso de la Ucla y Unexpo han tenido que apelar a los recursos propios o ayuda de externos para activar por lo menos un comedor.
María Gabriela Cano, representante del departamento de bienestar estudiantil de la Ucla, afirma que han hecho un «trabajo de hormiguitas» para conseguir el apoyo del sector privado para el suministro de alimentos y así mantener el comedor que se reaperturó en octubre del 2023 en el decanato de ciencias de la salud, sin embargo la meta que se han trazado las autoridades universitarias es la consolidación de nuevas alianzas para activar los cuatro comedores restantes.
Ana Gabriela Quintero, jefa del departamento de la administración y servicios estudiantiles de la Ucla, explica que el monto actual de las providencias para esta universidad es de Bs. 6 millones 465 mil, esta cifra es dividida entre los 12 meses de año y deberían recibir Bs. 538 mil 750 al mes, de los cuales el 58% de ese monto es destinado a los comedores, sin embargo este monto no llega con regularidad quedando con acumulados de hasta tres meses. En el caso de la Unexpo y Upel representantes no precisaron el monto que perciben, se estima que el monto asignado sea igual para todas las casas de estudio.
«El asignado de esa partida es insuficiente para abordar la totalidad de la comunidad estudiantil, que han sido becados partiendo de estudios socio económicos que levantamos desde la dirección» expuso Quintero.
En la Unexpo Edgar Sánchez, director administrativo, destacó que para lograr la reapertura del comedor unificaron las providencias que envía el ministerio con algunos recursos de la universidad, mientras que para el sostenimiento del espacio se valen de un aporte simbólico que dan los estudiantes que gozan del beneficio.
«Tenemos que hacer procesos de autogestión para que el servicio siga activo, la contribución estudiantil nos da para adquirir materiales de mantenimiento del área e indumentaria del personal mientras que las comidas las adquirimos por medio de las providencias que no son constantes y su llegada es trimestralmente», dijo Sánchez.
Violan derechos
La comunidad estudiantil ha hecho énfasis en que se siguen violando los derechos de los estudiantes al no brindarles beneficios como comedor y transporte. María Angélica Giménez, estudiante de ingeniería civil de la Ucla, sostiene que contar con un comedor que les garantice la alimentación es fundamental para todos los estudiantes pues el estilo de vida que llevan, acompañado de la realidad social no les permiten tener una buena alimentación mientras están en la universidad.
Adecuan espacios
La profesora Enma Rivero, directora de bienestar estudiantil de Instituto Pedagógico de Barquisimeto, explica que actualmente en la UPEL están adecuando el lugar donde funcionaba el comedor ya que en medio de la pandemia del COVID-19 el lugar fue desvalijado dejando las cavas sin motor, ollas y cubiertos hurtados así como también parte del cableado eléctrico. Actualmente trabajan por el rescate de la infraestructura.
Con información de La Prensa de Lara