¿Cuáles son los animales más venenosos del mundo?

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Serpientes, escorpiones y medusas son, quizá, los primeros en los que se pensaría a la hora de elaborar la lista de los animales más venenosos del mundo. Tal vez por eso sorprendería a muchas personas saber que en ese listado deberían incluirse también especies de caracoles, ranas, pulpos, peces e incluso un mamífero y un ave. Algunos de ellos ni siquiera tienen dientes o aguijones y basta con rozarlos para sufrir las consecuencias de su veneno. Estos son algunos de los animales más venenosos del planeta:

Taipán del interior (Oxyuranus microlepidotus)

Una mordida de esta serpiente contiene veneno suficiente para matar a 125 personas adultas y a más de 250.000 ratones. Su veneno (neurotoxinas, hemotoxinas, hemotoxinas y nefrotoxinas) es 500 veces más potente que el de la mayoría de las serpientes de cascabel, provoca parada cardiorrespiratoria y es capaz de matar a un humano adulto en 45 minutos. Existe antídoto. Vive en Australia y no suele atacar, ya que es un animal solitario que prefiere esconderse antes que una confrontación.

Mamba negra (Dendroaspis polylepis)

Aunque hay especies más venenosas, esta considerada la serpiente más peligrosa del mundo, ya que provoca la muerte a las el 100% de las personas afectadas en menos de 20 minutos si no se les inyecta el antídoto (el más efectivo se descubrió en 2018). Inyecta una cantidad de veneno (neurotoxinas y cardiotoxinas) ocho veces mayor que la necesaria para matar a un humano adulto. Es rápida (20 km/h) y muy agresiva. Vive en algunas zonas de África, mide normalmente unos 2,5 metros, pero puede alcanzar el doble.

Pez piedra (Synanceia horrida)

Es el pez más venenoso. Sus púas se localizan en las aletas dorsales, anales y pélvicas, cada una de ellas con dos glándulas venenosas. No atacan a los humanos, así que el peligro es pisarlo, ya que se mimetiza con las rocas. Su veneno (citotoxinas y neurotoxinas) es tan potente como el de algunas de las serpientes más letales y provoca graves daños que desembocan en parada cardiorrespiratoria si el afectado no es atendido. Habita en aguas tropicales del Índico y el Pacífico, aunque ya se ha registrado su presencia en el Mediterráneo.

Rana dardo dorada (Phyllobates terribilis)

Endémica de la costa pacífica colombiana, está considerada por algunos investigadores como el animal más tóxico del planeta. Su piel está impregnada de un alcaloide venenoso (batracotoxina), que puede provocar la muerte en solo unos minutos por parálisis de los músculos respiratorios o por fibrilación de los músculos cardiacos. Cada ejemplar carga veneno suficiente para matar a 20 personas o a 2 elefantes. Toman la toxina de algunos de los animales de los que se alimentan (posiblemente de hormigas o cucarachas).

Pulpo de anillos azules (Hapalochlaena)

Existen cuatro especies. Aunque rara vez alcanzan los 20 centímetros de longitud, es el único pulpo cuyo veneno (neurotoxina) puede matar a un ser humano con una dosis de un miligramo. De hecho, cada ejemplar porta veneno suficiente para matar a 26 humanos en solo unos minutos. Causa parálisis motora y respiratoria y no hay antídoto, de ahí que la única forma de sobrevivir a la mordedura sea mantener respiración artificial y masaje torácico hasta que el cuerpo elimine el veneno pasadas más de 24 horas.

Caracol cono (Conus geographus)

Inyectan en sus presas una poderosísima toxina a través de dientes con forma de arpón que pueden lanzar en cualquier dirección. Su veneno «petrifica» a la víctima hasta inducirla en un estado de shock hipoglucémico. Pese a sus reducidas dimensiones (23 centímetros) una sola gota de su veneno es capaz de acabar con la viuda de 20 personas. No hay antídoto y el tratamiento se limita a mantener con vida a la víctima hasta que expulse la toxina de su cuerpo. Vive en el Mar Rojo y los océanos Índico y parte del Pacífico.

Araña de embudo (Atrax robustus)

Vive en la costa este de Australia, donde causó 13 muertes (7 de ellas de niños) el siglo pasado. Su veneno contiene gran cantidad de toxinas y, a pesar de ser extremadamente tóxico en primates, es inocuo en especies como perros, gatos o caballos. Puede matar a un niño pequeño en apenas 15 minutos y a un adulto hasta tres días después de la mordedura. El primer auxilio en caso de mordedura es aplicar un vendaje compresivo e inmovilizado del miembro afectado. Hay antídoto desde 1981.

Araña bananera (Phoneutria fera)

Conocida también como errante brasilera, según el ‘Libro Guinness’ es la araña mas venenosa del mundo. Su área de distribución se extiende por la zona septentrional de América del Sur. Es extremadamente agresiva y provoca cientos de accidentes cada año. Su veneno (neurotoxinas) causa pérdida del control muscular y dificultad respiratoria, provocando en concentraciones letales parálisis y asfixia. Solo seis microgramos de su veneno pueden matar a 20 ratones. Hay casos documentados de muertes humanas por su mordedura.

Escorpión de cola gorda (Androctonus australis)

Es el escorpión más peligroso del mundo y uno de los animales que más accidentes mortales provoca. Extremadamente agresivo mide unos 10 centímetros y su área de distribución se sitúa en el norte de Africa y el sur y el oeste de Asia. Pese a que hay antídoto, tras la curación suelen quedar secuelas, como fatiga crónica y pérdidas de sensibilidad en las extremidades. Su veneno (neurotoxinas) es potencialmente letal, sobre todo, en personas con problemas de salud. Provoca parálisis e insuficiencia respiratoria.

Avispa de mar (Chironex fleckeri)

Esta medusa, que puede alcanzar el tamaño de un balón de baloncesto, tiene 70 tentáculos de unos 3 metros de longitud, cada uno de los cuales cuenta con 5.000 millones de células urticantes. El contacto con los tentáculos provoca dolor intenso y calambres. El ritmo cardiaco se triplica y la tensión se duplica. Si el veneno penetra en el torrente sanguíneo, puede causar shock, paro cardiaco y la muerte en solo tres minutos. La primera medida ha de ser echar vinagre en la zona afectada, e inmediatamente avisar a Emergencias.

Serpiente marina nariz de gancho (Enhydrina schistosa)

Es extremadamente venenosa, hasta diez veces más que una cobra. Solo se necesitan miligramos de su veneno por kilo para acabar con su presa. Causa, entre otros síntomas, parálisis respiratoria. No suele atacar a menos que sea provocada o se sienta amenazada y es más agresiva durante el celo. Provoca más de la mitad de las mordeduras causadas por serpientes marinas y protagoniza la mayoría de las muertes. El veneno (neurotoxinas y miotoxinas) por mordida supone seis veces la cantidad letal para un humano adulto.

Ornitorrinco (Ornithorhynchus anatinus)

Es uno de los pocos mamíferos venenosos. Los machos cuentan con un espolón en las patas traseras que libera veneno (proteínas). No es letal para los humanos, pero provoca un dolor tan intenso que, según varios estudios científicos, ni siquiera puede ser calmado con morfina. El dolor (hiperalgesia) se puede prolongar incluso durante meses. Es una especie endémica de la costa este de Australia y la isla de Tasmania. Según algunas investigaciones, su veneno puede ayudar a combatir la diabetes tipo 2.

Pitohuí bicolor (Pitohui dichrous)

Es una de las escasísimas especies de aves tóxicas. Su veneno (neurotoxina) se encuentra en sus plumas y en su pielo. Los investigadores sospechan que su toxiocidad se debe a la dieta, que incluye a un escarabajo venenoso y afirman que los más coloridos son los más venenosos. Esta especie, endémica de Nueva Guinea, no es letal para el ser humano, aunque con solo rozar sus plumas provoca dolor intenso, entumecimiento y quemaduras.