Las sales de Epsom son conocidas también como sal inglesa, sal amarga y sal de higuera. Su nombre científico es sulfato de magnesio. Llámesele como se le llame, estas sales se han utilizado durante cientos de años para diferentes fines; incluso, como producto de belleza.
Antes de comenzar a hablar de sus beneficios, conviene diferenciar las sales de Epsom del cloruro de magnesio. Si bien sus propiedades son bastante similares, son sales distintas. Por tanto, no tienen las mismas ventajas.
Beneficios de las sales de Epsom
El sulfato de magnesio se conoce desde la Antigüedad. Con el paso del tiempo, su uso fue disminuyendo hasta casi desaparecer. Mas, recientemente ha vuelto a ser valorada gracias a la naturopatía, que la emplea como un efectivo recurso para facilitar la relajación. De ahí que sea tan común en spas y establecimientos de ese estilo.
Relaja los músculos
Como relaja los músculos, la sal inglesa es ideal si tienes un músculo contraído o magulladuras. No sustituye la necesidad de un examen médico, pero proporciona alivio. Así, llegado el caso, podrías sumergir la parte del cuerpo afectada en una cubeta de agua con sales de Epsom o, sencillamente, darte un baño para relajarte. También es un remedio eficaz contra los calambres.
Las sales de Epsom se mantienen activas gracias al magnesio, el cual es, de hecho, muy utilizado como recurso para facilitar la relajación tanto nerviosa como muscular. Al mismo tiempo, revitaliza y energiza la piel. Además, promueve la producción de serotonina, la hormona del bienestar. Esto explica su poder relajante.
Purificar el cuerpo
Purificar el cuerpo, en especial el hígado, la vesícula biliar y el páncreas, es otro de los usos más comunes que se les da a las sales de Epsom. Más específicamente, influye sobre el conducto biliar que evacúa las secreciones de estos órganos y es muy efectiva para expulsar cálculos. A la vez, permite purgar los intestinos mediante la absorción de magnesio y el rechazo del azufre.
Cómo consumir las sales de Epsom
Preferiblemente, se beben diluidas en agua, aunque también pueden tomarse con un jugo de fruta. Así, además de sus otros beneficios, acelerará el tránsito intestinal. Para aplicarla sobre la piel, se utilizan compresas, si bien de esta manera su absorción será muy lenta. No obstante, la piel es capaz de captar lo que le es útil.
Para evitar desequilibrios electrolíticos, no la ingieras por más de 20 días y no olvides consultar a tu médico. Las sales de Epsom están contraindicadas para pacientes con enfermedad renal. Tampoco se recomienda su uso en niños ni en ancianos.
Otros usos de las sales de Epsom, útiles para la salud
Pueden desinflamar un esguince e incluso los moretones. También pueden usarse para prevenir o calmar dolores de cabeza o quitar una astilla encarnada en un dedo. Se emplea como laxante natural con la ventaja de que no irrita la mucosa intestinal. No obstante, debe ingerirse con moderación, ya que el cuerpo puede habituarse a esta sustancia.
Actúa como un regulador de la insulina, las toxinas y contribuye a mantener el calcio en la sangre. Ayuda a regular y reducir la presión arterial y los riesgos cardíacos. Asimismo, mejora la oxigenación y la absorción de nutrientes.
Algunas personas aconsejan las sales de Epsom para cortar el resfriado. No obstante, es preferible utilizar el cloruro de magnesio para ese fin, así como para todos los padecimientos de origen infeccioso.
Otros interesantes usos para la belleza
Como exfoliante natural, están presentes en la mayoría de las cremas y bálsamos caseros. También, se las utiliza en la preparación de champús caseros; específicamente, para cueros cabelludos grasos, ya que regulan la producción de sebo. Por esta misma razón, se usa para contrarrestar el acné y hacer limpiezas faciales.
Un producto útil en el hogar
Son utilizadas como fertilizante natural. Por lo general, las sales de Epsom son depositadas al pie de las plantas verdes o bien, su solución, rociada sobre las hojas. Si fuera ese tu propósito, añade una cucharada de sales de Epsom por litro de agua.
No en balde, el sulfato de magnesio (o las sales de Epsom) aparece en la lista de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con información de Mejor con Salud