La caída del cabello es un proceso natural que forma parte del ciclo de crecimiento del pelo. En promedio, perdemos entre 50 y 100 cabellos al día, lo cual es normal. Sin embargo, cuando la caída es excesiva, puede deberse a diversas causas.
También influyen factores externos como el uso excesivo de secadores, planchas, tintes o una mala alimentación, que puede debilitar el folículo piloso. Algunas personas experimentan alopecia, una condición que provoca la pérdida de cabello en ciertas zonas del cuerpo.
Es importante observar si la caída es persistente o irregular, ya que podría indicar un problema de salud. Ante dudas, lo mejor es consultar a un dermatólogo para obtener un diagnóstico adecuado y, si es necesario, iniciar un tratamiento personalizado.
Lavado adecuado
Existen muchas hipótesis en cuanto a la caída del cabello se trata, y sin duda, el lavado es uno de ellos, y hoy, la dermatóloga Claudia Bernárdez nos aclara todo sobre el tema.
Bernárdez desmitifica la creencia de que lavar el cabello frecuentemente provoca su caída. Según Bernárdez, “lavarse el pelo todos los días no lo daña si usamos productos adecuados y lo hacemos con la técnica correcta”.
La especialista enfatiza que la frecuencia de lavado debe adaptarse a las necesidades individuales del cuero cabelludo. Por ejemplo, en casos de cuero cabelludo graso o con caspa, puede ser necesario lavarlo a diario, mientras que para cabellos secos o normales, cada dos o tres días es suficiente.
Lo esencial es mantener el cuero cabelludo limpio, ya que una higiene insuficiente puede acumular grasa, residuos y microorganismos que afectan la salud del folículo piloso, favoreciendo la caída o la inflamación.
En cuanto a la técnica de lavado, Bernárdez señala que el error más común es enfocar la limpieza en la fibra capilar en lugar del cuero cabelludo. “Lo que realmente debemos lavar es el cuero cabelludo; la fibra capilar solo necesita el agua con jabón que cae”.
Productos
La dermatóloga recomienda elegir champús suaves, especialmente si se lava el cabello con frecuencia, para evitar la eliminación de los lípidos protectores de la fibra capilar. Además, sugiere adaptar el champú a la frecuencia de lavado y al tipo de cuero cabelludo, utilizando productos con efectos específicos según las necesidades.
Con información de 2001
