Las autoridades cubanas evacuaron a más de 66.000 personas en la provincia Guantánamo y otras zonas de su extremo este, además de otras medidas, ante la amenaza de un temporal de lluvias y de una tormenta tropical.
Hace dos semanas, Guantánamo recibió el impacto directo del ciclón Óscar con un azote particularmente severo a sus municipios Baracoa -por donde penetró- junto a San Antonio del Sur, Imías y Maisí.
Tras su paso, ocho personas murieron y se reportaron daños en más de 12.000 viviendas, entre otros estragos.
La movilización está motivada por la proximidad de una vaguada sobre el Atlántico que está arrojando lluvias sobre República Dominicana, Haití y Puerto Rico, y que también han comenzado a caer en áreas de Guantánamo, aún vulnerables.
A esta situación se añade la previsible formación de una depresión tropical, que en los próximos días mientras se mueve de norte a noroeste en su avance por el mar Caribe se convertirá en una tormenta que podría afectar a Cuba.
El Instituto de Meteorología de la isla ha señalado que esa área de bajas presiones en el Caribe se mantiene desorganizada pero las altas temperaturas del mar y la humedad en la atmósfera son condiciones suficientes para el desarrollo de un ciclón.
Por ello ha advertido en un aviso de «alerta temprana».
Asimismo, el Estado Mayor de la Defensa Civil estableció ya la «fase informativa» para las provincias orientales de Guantánamo, Holguín, Santiago de Cuba, Granma y Las Tunas.
Los meteorólogos cubanos han previsto que la actividad ciclónica -vigente del 1 de junio hasta el 30 de noviembre- será «muy activa» con la posible formación de 20 tormentas tropicales, de las que al menos 11 podrían llegar a ser huracanes, por condiciones favorables existentes en el área para su formación y desarrollo.
Con información de EFE