La depilación es una parte muy importante de la rutina de autocuidado de muchas personas pero, dependiendo del método que se use, puede ser dolorosa e incómoda. En este artículo hablaremos acerca de dónde viene ese dolor y de algunos consejos para disminuirlo.
El vello se encuentra en la piel y en ella se encuentran millones de terminaciones nerviosas. Los nervios envían mensajes al cerebro acerca de lo que está pasando a nuestro alrededor.
El cerebro transforma todos esos mensajes en señales de dolor, de placer, de desagrado, todo depende del estimulo recibido. El dolor es un mecanismo de defensa y sirve para que dejemos de lesionarnos. Imaginemos que si nos rompiéramos un brazo y no sintiéramos dolor, lo seguiríamos usando y se dañaría más.
El vello también es parte del sistema nervioso y está en un hoyito que se llama folículo, al fondo de este hay muchas terminaciones nerviosas que se presionan cuando sacamos el pelo y por eso sentimos dolor.
En el caso de la depilación, ya sabemos que no causa mayor daño y se puede realizar sin problema, pero aún así sentimos dolor al arrancar los vellos y estimular sus respectivas terminaciones nerviosas.
En cuanto a la cantidad de dolor que experimenta una persona, podemos decir que es distinto para cada uno y únicamente tiene que ver con la tolerancia personal. Hay personas que soportan muy bien el dolor y para otras es muy doloroso hasta el más mínimo estímulo.
Desde luego se pueden tomar acciones para disminuir las molestias que provoca depilarse, por ejemplo:
- Estirar la piel.
- Aplicar presión justo después del tirón de cera.
- No depilar muchas veces sobre la misma zona.
- Enfriar la zona depilada.
- Empezar a depilar de la zona menor a la mayor.
Con información de Cera