Desarrollan una batería para autos eléctricos capaz de viajar grandes distancias con una sola carga

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Foto: Archivo

En el mundo, el mercado de autos eléctricos sigue en expansión. Sin embargo, en el último año se vio una desaceleración de las ventas. Entre varias cuestiones, se debe a que persiste una barrera técnica: la autonomía de las baterías no satisface las expectativas de muchos conductores.

Una encuesta global citada por la Universidad Internacional de Florida (FIU) reveló que varios propietarios de vehículos eléctricos consideraron volver a los autos tradicionales con combustibles.

¿La razón principal? La carga. Aunque la autonomía mejoró, sigue estando por debajo de lo que muchos consumidores esperan de un vehículo eléctrico. Pero luego de una investigación de la universidad de Florida, publicada en Energy and Environmental Materials, las cosas podrían cambiar en el futuro.

La apuesta por el litio-azufre

Ante este desafío, el equipo del profesor Bilal El-Zahab, de la Facultad de Ingeniería e Informática de FIU, lleva ocho años desarrollando una batería alternativa basada en litio y azufre.

Esta tecnología, conocida como beyond lithium-ion, ofrece ventajas notables: es más ligera, menos costosa de fabricar y permite almacenar más carga.

“Esto permite que los vehículos eléctricos alcancen mayores distancias y que las computadoras portátiles, teléfonos inteligentes y otros dispositivos funcionen el doble de tiempo”, escribieron los científicos de la universidad en un comunicado sobre su estudio.

Pero había un problema grave: su vida útil. “El primer ciclo de carga fue excelente. Para el ciclo 20, era un trozo de metal inútil”, dijo El-Zahab.

El platino como estabilizador clave

El deterioro de las baterías de litio-azufre se debe a una reacción química que ocurre durante la carga: se generan polisulfuros, que terminan depositándose en el lado de litio y degradan su capacidad, informó el medio sobre ciencia The Cool Down. Esta acumulación convierte la batería en inútil tras unos pocos ciclos.

El equipo de FIU decidió intervenir en ese proceso incorporando una pequeña cantidad de platino. “Añadir nanopartículas de platino a la batería es como añadir una pizca de sal a la comida: una pequeña cantidad puede tener un impacto enorme”, afirmó El-Zahab en el comunicado.

Según los investigadores, el platino funciona como un regulador del flujo iónico. Solo se utilizó un 0,02 % de platino respecto a la masa total de la batería.

“Así como los agentes de seguridad dirigen el tráfico para evitar accidentes o atascos, el platino actúa a nivel molecular para guiar el litio, garantizando un flujo fluido”, explicaron los expertos de la universidad.

Resultados de laboratorio y pruebas externas

Los resultados fueron notables. “Logramos una retención del 92% tras 500 ciclos de carga, lo que significa que la batería está prácticamente como nueva”, aseguró Aqsa Nazir, investigadora postdoctoral de FIU y primera autora de la investigación.

“Esto también demuestra que minimizamos las reacciones negativas que perjudican el rendimiento general para comercializar esta batería”, añadió.

Actualmente, la batería se encuentra en fase de pruebas por terceros, un paso necesario antes de su licenciamiento y comercialización.

El impacto potencial va más allá del transporte eléctrico: esta tecnología podría aplicarse en dispositivos móviles, ordenadores portátiles y sistemas de almacenamiento energético. Sería de gran impacto para el medio ambiente.

Implicaciones más allá del laboratorio

Una batería más duradera, eficiente y económica puede acelerar la transición energética. Como explicó The Cool Down, estas baterías permitirían que los vehículos eléctricos recorran distancias más largas entre cargas y pasen menos tiempo conectados a los puntos de carga. Una especie de win-win.

En un contexto de creciente preocupación por la salud pública y el cambio climático, soluciones tecnológicas como la de FIU podrían contribuir a reducir emisiones y mejorar la calidad del aire en zonas urbanas.

Con información de Infobae