El afeitado, aunque rutinario y necesario para muchos hombres y mujeres, puede dar lugar a un problema bastante común: los pelos enquistados. Los pelos enquistados, también conocidos como pseudofoliculitis, son aquellos que no tienen la fuerza suficiente para atravesar el conducto piloso de la epidermis y terminan creciendo hacia adentro, quedando atrapados bajo la superficie de la piel.
Un problema que se manifiesta con pequeños bultos inflamados en la piel. Esto resulta no solo antiestético y molesto, sino que también puede desencadenar una infección, ya que nuestro sistema inmunitario puede reaccionar al pelo enquistado como si fuera un cuerpo extraño. Por eso, es esencial aprender a eliminarlos de manera correcta antes de que se conviertan en un problema más serio. Afortunadamente, existen algunos consejos que puedes seguir para evitar que aparezcan estos pelos enquistados en el futuro:
Cambio regular de maquinilla:
Es de suma importancia reemplazar las maquinillas de afeitar con regularidad. Una cuchilla desafilada puede provocar una irritación excesiva de la piel y ser ineficaz para realizar un corte limpio del vello. Este corte irregular puede ocasionar que el vello quede atrapado bajo la superficie de la piel, dando lugar a vellos encarnados. Lo más recomendable es optar por afeitadoras que incluyan una banda lubricante para proporcionar una experiencia de afeitado más suave y proteger la piel durante el proceso.
Baño de vapor:
El vapor del agua caliente facilita la eliminación del vello. Este método dilata los poros de la piel, permitiendo que la depilación sea más eficaz y menos dolorosa. Lo mejor es aprovechar la ducha diaria con agua caliente para realizar el afeitado. A medida que el agua caliente toca la piel, los poros se abren, proporcionando un acceso más fácil al vello. Esto no solo mejora el afeitado, sino que también reduce el riesgo de que el vello se encarne. Recordemos que un cuidado adecuado y consciente de nuestra piel es esencial para mantenerla saludable y libre de problemas.
Hidratación de la piel:
Antes de iniciar el afeitado, asegúrate de humedecer adecuadamente tu piel. Una vez que tu piel esté suficientemente hidratada, aplicando un gel o una crema de afeitar. Existe una amplia gama de productos en el mercado diseñados específicamente para este propósito, los cuales no solo facilitan el afeitado, sino que también protegen tu piel, minimizando la irritación y el riesgo de pelos encarnados.
La dirección correcta:
Siempre debemos afeitar siguiendo el sentido del crecimiento del pelo. Esto no solo contribuye a un afeitado más suave y eficaz, sino que también reduce significativamente las posibilidades de que los pelos se enrosquen y crezcan hacia adentro.
Exfoliación:
Para prevenir la aparición de estos pelos encarnados, es importante exfoliar la piel de manera regular, de forma que se elimine la acumulación de piel muerta y sebo que obstruyen los conductos pilosos e impiden la salida correcta del pelo. Además, se recomienda el uso de productos que contengan ácido glicólico, una sustancia que ayuda a descomponer las células muertas y el sebo que obstruyen los folículos. Debes exfoliar la piel de tu cuerpo al menos tres veces por semana.
Con información de La Razón