Desde el IVIC desarrollan una estrategia para la conservación del jaguar

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Foto: Archivo

El jaguar es uno de los felinos característicos de América del Sur y actualmente su población se encuentra amenazada por múltiples factores que dañan su hábitat. Para contrarrestar este fenómeno, el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas viene trabajando y varios especialistas desarrollan una estrategia para la conservación de la especie en la región.

El también conocido por su nombre científico panthera onca y en el campo popularmente llamado como tigre es el tercer felino más grande del mundo, después de los leones africanos y tigres asiáticos, detalló el doctor Wlodzimierz Jedrzejewski, investigador del Centro de Ecología del Ivic, en entrevista con el equipo de Últimas Noticias.

Apuntó que la presencia de los jaguares es un indicador del estado de los hábitats, es decir, donde hay jaguares los hábitats están preservados y su biodiversidad es alta; no obstante, donde ya no se encuentra el felino es un indicador de que se ha degradado el territorio y la biodiversidad es baja.

Esta situación conlleva a desarrollar la estrategia de conservar los jaguares, la cual equivale a proteger también los ecosistemas enteros y toda la biodiversidad. “Al proteger a los jaguares también protegemos el clima y el entorno humano”, resaltó.

Explicó que el programa de conservación del jaguar en América del Sur es liderado por el Grupo de Especialistas en Felinos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, en el que hacen vida un equipo de profesionales de todos los países de la región y donde el doctor Jedrzejewski también es miembro.

Precisó que el trabajo que vienen realizando se basa en estimar la distribución actual y el tamaño poblacional del jaguar en Suramérica y sus cambios en los últimos veinte años. Seguidamente, detectar las amenazas más importantes y su papel en la disminución de la población del felino.

Asimismo, revisar las herramientas de conservación de la pantera onca existentes y evaluar su efectividad, y finalmente, proponer acciones para detener la disminución de la población del felino.

En cuanto a los hallazgos, enfatizó que encontraron que el área de distribución de los jaguares se ha reducido a la mitad en los últimos cien años y alertó que el fenómeno de la disminución es muy rápida, en comparación con el año 2000. “El área de ocurrencia de jaguares en 2020 ha disminuido alrededor de un 20%. Estimamos que todavía hay alrededor de 148.000 jaguares en América del Sur, con el mayor número en el Amazonas, principalmente en Brasil”, puntualizó.

Realidad venezolana

En el país los jaguares están distribuidos en alrededor de 65% del territorio. Tienen una mayor concurrencia en las zonas al sur del Orinoco (en los estados Amazonas y Bolívar), y poblaciones más pequeñas y fragmentadas en el Delta, Los Llanos, Perijá, Sur de Lago y en algunas partes de la Cordillera de la Costa. “Estimamos que en total hay unos diez mil jaguares en el país”, informó.

Recalcó que hasta los años 1950 las panteras onca habitaban casi todo el territorio, en los Andes altos y en algunas zonas más secas. Sin embargo, entre 1960 y 1995 se dio lugar a la mayor disminución de sus hábitats y su población debido a que ocurrieron las más grandes deforestaciones en el país, principalmente al norte del Orinoco, donde desaparecieron 65% de los bosques.

“Las deforestaciones y otros cambios de ambiente siguen siendo la amenaza principal para los jaguares también en Venezuela. La cacería de jaguares por retaliación por ataques al ganado es una amenaza muy importante, especialmente en los llanos”, acotó.

Jedrzejewski hizo énfasis en que en el país es muy importante aumentar el número de ejemplares y superficie de las áreas protegidas, sobre todo, al norte del Orinoco, donde sólo 15% del área de distribución de jaguares se encuentra dentro de áreas protegidas. “La situación más grave es en los llanos, pero nuevas áreas protegidas son necesarias también en Delta, Imataca y varias otras partes de Venezuela”, dijo.

Amenazas

La razón principal de la disminución de la población de jaguares en el territorio nacional es la deforestación realizada con la idea de ampliar el área de pastos para ganado y cultivo agrícolas, principalmente de soja, entre otros rubros. Otra de las amenazas es la red de carreteras y la fragmentación de hábitats por el desarrollo de la minería y la cacería de subsistencia o cacería oportunista.

“El desarrollo de la minería en América del Sur es muy rápido y muy preocupante, porque ocurre en áreas más grandes dentro de las áreas núcleo de distribución de jaguares y causa destrucción completa de los hábitats y contaminación de las aguas por mercurio”, alertó.

Estrategia

El Ivic cuenta con un programa para monitorear la distribución y abundancia de jaguares y otras especies en peligro de extinción en el país mediante el uso de cámaras trampa y entrevistas de campo.

El doctor Wlodzimierz describió que en estos trabajos recolectan información de cada registro de jaguares, pumas y otras especies, y con base en los resultados crean modelos y mapas de la distribución y la población actual de las especies.

En cuanto al jaguar desde el año 2009 se ha estado monitoreando continuamente la población en el Hato Piñero, estado Cojedes, el cual es un importante refugio para los felinos que habitan en el área de Los Llanos y ha sido un ejemplo del desarrollo del ecoturismo propicio para su conservación.

“También realizamos investigaciones sobre corredores ecológicos y la mortalidad de animales en las carreteras para que se pueda contrarrestar y construir pasos apropiados para los animales en las carreteras”, agregó.

Entretanto, efectúan actividades educativas sobre la importancia de la pantera onca. Tienen previsto trabajar con ganaderos para crear planes que ayuden a proteger el ganado de los ataques e impulsar el desarrollo del ecoturismo.

Acciones claves para su protección

  • Más áreas protegidas. La herramienta más importante de protección del felino es evitar la deforestación y crear más áreas protegidas. Actualmente, todas juntas cubren alrededor de 29% del área de distribución de los jaguares en América del Sur y, junto con los territorios indígenas, es aproximadamente 49 %.
  • Nuevos reglamentos. Se requieren normas de ordenamiento territorial y regulaciones contra la deforestación, tanto en terrenos públicos como privados, protección de corredores ecológicos y fortalecer la aplicación de la ley contra la caza ilegal de jaguares. Mitigar los conflictos con ganaderos.
  • Concientización. Promover la educación ambiental/ecológica en todos los niveles y la conservación del jaguar en los medios de comunicación.

Con información de ÚN