Desocupación en Carabobo se estima en 30%: Debacle del sector automotor acabó con 100.000 empleos

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Foto: Archivo

Por décadas, el estado Carabobo fue pionero en el desarrollo industrial del país, con el asentamiento de empresas automotrices, de autopartes, alimentos, neumáticos, cerámicas industriales, textiles, plásticos, pinturas, asfaltos, papel, electrodomésticos, entre otros sectores.

Además, Carabobo generaba una importante producción agropecuaria y un acelerado crecimiento urbano, inmobiliario y económico.

Sin embargo, una prolongada recesión económica ha mermado esta capacidad industrial que, en 2024, ha mostrado signos de resurgimiento, sobre todo en los sectores de alimentos, productos de aseo personal, insumos farmacéuticos y bebidas.

Así lo indicó Ysaac Pérez Yunis, presidente de la Cámara de Pequeños, Medianos Industriales del estado Carabobo (Capemiac) en entrevista a un medio de la entidad en marzo pasado.

Pérez Yunis destacó en esa oportunidad que, para este año, se estimaba un crecimiento de 10% en la actividad industrial de la entidad y la posible recuperación del sector automotriz, que aportaba el 50% del Producto Interno Bruto (PIB) en la región.

Sin embargo, desde la Federación de Trabajadores (Fetracarabobo) el panorama de recuperación presenta un camino largo y de altas inversiones.

El gremio advierte que, de 6.000 empresas con las que contaba Carabobo, en unas cuatro zonas industriales, en Valencia, la más importante, los Guayos, San Diego, y Guácara; apenas subsisten 2.000 empresas y, de esa cantidad, unas 600 industrias están operativas en el plano real, con un funcionamiento que alcanza el 20%.

Carabobo: la reactivación en la industria automotriz

En abril pasado, el Gobernador de la entidad, Rafael Lacava, planteó la posibilidad de reactivar la industria automotriz.

A través de una nota de prensa de la Gobernación, el mandatario local expresó que con esto se estimaba potenciar la economía y proyectar la exportación y resaltó el papel que podrían jugar aliados internacionales.

En esa oportunidad, Lacava indicó que para esta reactivación sería necesario que las plantas ensambladoras, que actualmente están paralizadas o en abandono, retomen su actividad con apoyo del Estado, trabajadores y los potenciales aliados internacionales interesados, entre ellos China.

Jhonny Magdaleno, presidente de Fetracarabobo, explica a Banca y Negocios que esta iniciativa requeriría de altas inversiones, ya que no se trata solo de empresas ensambladoras paralizadas, sino de estructuras “abandonadas” en su mayoría.

“Ya no hay automotrices en Carabobo y eso conllevó a que se perdieran directa e indirectamente más de 100.000 puestos de empleo. Empresas como General Motors, Ford, Chrysler y las de autopartes que formaban parte de ese reglón automotriz, ya no están”, destaca.

El gremialista asevera que en la entidad no hay producción automotriz desde hace una década aproximadamente y relata ejemplos de lo que existe en lo que antes era el parque ensamblador más importante del país.

“Por ejemplo, la planta de General Motors está prácticamente desaparecida. Para reactivarla tienen que hacerla prácticamente de nuevo e incluirle la nueva tecnología, ya que lo que hay actualmente es una monticulera, todo está desmantelado”, relata.

Magdaleno indica que, en el caso de ensambladoras como Ford y Chrysler, se mantienen como distribuidoras de repuestos en el país y presentan más posibilidades de reactivación… “En la Chrysler aún mantienen un personal para darle mantenimiento de algunas cosas, pero de productivas no tienen nada”, asegura.

Pero, el dirigente no ve imposible la recuperación de este sector, aunque para ello advierte que se requiere, en primera instancia, garantías de seguridad jurídica que ayuden a atraer la inversión económica necesaria.

“Y lo otro que se requiere es una voluntad verdadera para que se reactiven estas plantas. Una vez que se eso pase, obviamente, las empresas de autopartes volverían a funcionar”, dice.

Recesión y empleos perdidos

Entre las empresas que permanecen en pie en Carabobo destacan las de producción de alimentos, que son la apuesta para hacer resurgir la actividad industrial, así como el sector de bebidas y farmacéutico.

De forma incipiente, también hay actividad en la fabricación de neumáticos, aunque con severas dificultades debido a la competencia con los productos fabricados en China, que ingresan al país a través de importaciones y cuyo precio es menor a los de producción nacional.

Pero, más allá de esto, Jhonny Magdaleno retrata una realidad en la que los índices de desempleo en la entidad son altos. El gremialista afirma que la tasa de desocupación laboral ronda el 30%.

“Aquí hay mucho desempleo” apunta, refiriendo que la mayoría de las personas percibe salario mínimo y “paliativos con algunas bonificaciones”.

“Eso conlleva a que las personas que están desempleadas prefieran hacer actividades en el mercado informal. En este caso, aquí un trabajador, una persona compra dos o tres guacales de plátano en el mercado mayorista para revender y gana mucho más que siendo empleado en una empresa, porque el salario mínimo aquí tiene más de dos años que no se mueve”, subraya el dirigente.

En febrero de 2024, Fedecámaras en Carabobo estimaba que el crecimiento económico de la entidad podría estar entre 4% y 9% este año, dependiendo de la flexibilización de sanciones impuestas a la administración de Nicolás Maduro.

En esa oportunidad, medios nacionales reseñaron que Ana Isabel Taboada, presidenta de Fedecámaras Carabobo, estimaba que el crecimiento sería de 4% si la flexibilización de las sanciones internacionales terminaba en abril, como en efecto ocurrió.

Taboada también hizo referencia a las dificultades que enfrentaban empresarios debido a las fallas estructurales, especialmente relacionadas a los servicios públicos, sobre todo de tipo energético.

Con información de Banca y Negocios