Una diócesis católica en Connecticut (este de Estados Unidos) alcanzó un acuerdo para crear un fondo de 31 millones de dólares para indemnizar a las víctimas de abusos sexuales por parte del clero de esa diócesis en Norwich, informan este viernes los medios locales del estado.
El acuerdo se anuncia solo dos días después de que el papa Francisco haya nombrado a un nuevo obispo para la diócesis, monseñor Richard F. Reidy. El papa Francisco ha mostrado en numerosas ocasiones un celo contra los casos de pederastia en la iglesia superior al que han manifestado otros pontífices que le han precedido.
Reidy ya se refirió el miércoles a las denuncias acumuladas en su diócesis por estos hechos: “No podremos nunca olvidar a los inocentes traicionados” por curas y frailes en los que ellos habían confiado, dijo.
El predecesor interino de Reidy, el arzobispo Christopher Coyne, también se refirió al caso: “El profundo dolor y sufrimiento padecido por los supervivientes jamás podrá ser curado con una compensación financiera, pero estamos comprometidos a hacer algunas modificaciones durante el proceso”.
La cantidad de demandas procedentes sobre todo de alumnos de una escuela católica (Monte San José, en Deep River) ha obligado a la diócesis a acogerse a un proceso de bancarrota que le ha obligado a deshacerse de algunas propiedades inmobiliarias y poder crear así el fondo.
En los últimos años han sido publicados varios informes que han revelado casos de abusos en numerosas diócesis de Pensilvania, Texas y otros estados estadounidenses que implicaban a miles de religiosos. La Iglesia católica ha desembolsado más de 3.300 millones de dólares, según datos publicados por la organización “Bishop Accountability” este año.
En el informe de Pensilvania, el gran jurado criticaba que todos los casos, demasiado antiguos para ser juzgados (muchos datan de los años noventa), fueron dejados de lado por los responsables católicos, que “prefirieron proteger a los abusadores y a la institución, sobre todo”.
Con información de EFE