La increíble historia de un sujeto llamado Dobri Dobrev, un ciudadano de Bulgaria conocido cariñosamente como «Abuelo» Dobri, ha causado asombro debido a que mendigaba en las calles para poder donar a la iglesia, al punto que otorgó unos 5 millones de dólares a lo largo de su vida, hasta que finalmente murió a los 103 años de edad en 2018.
El nombre de pila del fiel creyente proviene de la palabra «bondad». El señor se ganó el respeto de miles de búlgaros, quienes lo magnifican al punto de considerarlo un «Santo». Todo esto gracias a que durante décadas se dedicó a recaudar dinero para contribuir en el mantenimiento de iglesias.
Era bastante reconocible debido a su blanca y larga barba. Siempre iba vestido con un manto negro. Particularmente, mendigaba en la catedral de Sofía «Alexandre Nevski». A ella donó más de 25 mil dólares.
Distintos monasterios e iglesias de Bulgaria confirmaron que Dobri les entregaba cantidades de dinero de entre $ 3.000 y $ 12.000. En consecuencia, presumen que al final de sus días donó unos 5 millones dólares.
CAMINABA INCANSABLEMENTE
Abuelo Dobri caminaba sin descanso. A diario, recorría 20 kilómetros desde su natal Baylovo hasta Sofía con el objetivo de recolectar fondos. Seguidamente, consignaba el metálico a la iglesia y a los pobres.
Tal hazaña llevó a que en 2013 ganara el premio a personalidad del año en Bulgaria, la cual entrega la agencia de noticias Sofía News Agency. Ese medio, al premiarlo, dijo: «Todavía hay espacio para la caridad y las buenas obras».
Miles habitantes de la capital del país llegaron a toparse con Dobri alguna vez. No obstante, desconocían su historia. Décadas atrás tenía una vida normal y corriente; pero después decidió ser una persona que mendigaba por causas religiosas. Quienes lo reconocían, además de dejarle dinero, le pedían la bendición, según Clarín.
El anciano vivía en una humilde habitación situada en el patio de una iglesia su pueblo de origen. Pese a que tenía una cama, le gustaba dormir en el piso. Una vez muere, varios fueron a su cuarto y hallaron todas sus cosas sobre una mesa: un tomate y un pedazo de pan.
En Bulgaria proponen que sea canonizado. Mientras, muchos se preguntan de qué vivía cuando su pensión era solo de 95 dólares mensuales.