Donar sangre de manera regular no solo salva vidas, sino que también podría mejorar la salud genética de la misma, según un nuevo estudio. Investigadores analizaron muestras de 217 hombres que habían donado sangre más de 100 veces y las compararon con las de 212 hombres que lo habían hecho menos de 10 veces.
Los resultados mostraron que los donantes frecuentes tenían más probabilidades de presentar mutaciones beneficiosas en el gen DNMT3A, relacionado con la regeneración de células sanguíneas. Estas mutaciones, que no se asocian con riesgos de cáncer, podrían mejorar la capacidad del cuerpo para producir sangre de manera eficiente.
«Nuestro trabajo es un ejemplo fascinante de cómo nuestros genes interactúan con el entorno a medida que envejecemos», explicó Dominique Bonnet, bióloga de células madre del Instituto Francis Crick. La pérdida de sangre activa la producción de eritropoyetina, una hormona que estimula la regeneración de células sanguíneas.
En pruebas de laboratorio, las células con la mutación DNMT3A produjeron sangre más rápido que las que no la tenían. Esto sugiere que la donación frecuente podría entrenar a las células madre para regenerarse de manera más eficaz. Sin embargo, los investigadores advierten que los donantes de sangre suelen ser personas más saludables, lo que podría influir en los resultados. «Necesitamos analizar estos hallazgos en un grupo mucho más grande para confirmar su impacto», señaló Bonnet.
El estudio también abre nuevas vías para entender cómo las mutaciones genéticas influen en el desarrollo de enfermedades como la leucemia.
«Nuestro próximo objetivo es comprender cómo estas mutaciones afectan el cáncer y si pueden tratarse de manera específica», afirmó Héctor Huerga Encabo, coautor del estudio.
Vía: Agencias