EEUU busca información sobre atentado de 2020 en Kenia y ofrece jugosa recompensa

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Foto: Archivo

El Departamento de Estado de EE.UU. ofrecerá una recompensa de hasta 10 millones de dólares por información que conduzca al «arresto o condena» de los responsables del ataque perpetrado el 5 de enero de 2020 por el grupo yihadista somalí Al Shabab contra personal estadounidense y keniano en una base militar en el este de Kenia.

En un comunicado difundido este jueves, la Embajada de EE. UU. en Nairobi informó de que la recompensa forma parte del programa ‘Recompensas por la Justicia’, gestionado por el Servicio de Seguridad Diplomática del Departamento de Estado.

El objetivo es localizar a Abdullahi Banati, considerado como uno de los autores intelectuales del atentado, así como a otros posibles implicados.

Durante el ataque, perpetrado antes del amanecer en la base aérea de Manda Bay, en el condado keniano de Lamu -fronterizo con Somalia-, murieron un soldado estadounidense y dos contratistas del Departamento de Defensa, y resultaron heridos otros dos funcionarios estadounidenses y un soldado keniano.

Manda Bay es utilizada conjuntamente por las Fuerzas de Defensa de Kenia y tropas estadounidenses para tareas de entrenamiento, apoyo antiterrorista en África Oriental, respuesta a crisis y «protección de los intereses de EE. UU. en la región», según indicó el comunicado.

Al Shabab, afiliado a la red de Al Qaeda desde 2012, se atribuyó el ataque en un comunicado en el que identificaba la base como «una de las muchas plataformas de lanzamiento de la cruzada americana contra el islam en la región».

En octubre de 2011, el Ejército de Kenia invadió Somalia tras varios secuestros atribuidos a Al Shabab en su territorio y, en febrero de 2012, se incorporó a las fuerzas de la Unión Africana (UA) que combaten a los terroristas junto al Ejército somalí.

Desde entonces, los yihadistas han cometido numerosos ataques en Kenia.

Al Shabab atenta a menudo en la capital somalí, Mogadiscio, y otros lugares del país para derrocar al Gobierno central -respaldado por la comunidad internacional- e instaurar por la fuerza un Estado islámico de corte wahabí (ultraconservador).

El grupo controla zonas rurales del centro y sur de Somalia, y ataca también a países vecinos como Kenia y Etiopía.

Somalia vive en un estado de conflicto y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y señores de la guerra.

Con información de EFE