El artista que pintó la tumba de Franco aguarda su veredicto desde un escaparate

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Foto: Archivo

El escultor que pintó sobre la lápida del dictador Francisco Franco en España, Enrique Tenreiro, inició este miércoles un encierro en un escaparate vestido como un preso de Guantánamo, en protesta por el retraso del Tribunal Supremo español en pronunciarse sobre su caso.

Tenreiro pintó en 2018 la tumba del dictador, que entonces estaba en un monumento franquista cerca de Madrid, en color rojo, con una paloma y la frase ‘Por la libertad’, tras lo que tuvo dos procesos judiciales, ambos absolutorios, por delitos contra la libertad de conciencia y contra los sentimientos religiosos, pero desde hace más de año y medio espera una sentencia del Supremo.

El artista decidió encerrarse en la ciudad española de La Coruña en el escaparate de una galería de arte, de un metro de ancho y tres de largo con arroz para comer, café para beber, un camastro y una pequeña tienda de campaña con un retrete, todo retransmitido en directo por internet.

Tenreiro explicó a EFE que en su día hizo la pintada «por la libertad y reconciliación de los españoles»: «Lo que hice fue bastante más valiente que esto. Pintar la tumba de un dictador era necesario».

Ahora busca que el Tribunal Supremo lo absuelva cuanto antes: «No puedo estar años y años esperando a que el Supremo decida dar por buena la absolución o guardarse ahí en la manga y condenarme. No es un desafío, pero no tengo miedo a nada en esta vida».

De hecho, prefiere que la sentencia sea pronto, incluso aunque sea condenatoria: «Puede venir un Gobierno más duro, prefiero que me condenen ahora. Todavía pienso que si me condenan, me podrían indultar».

El encierro comenzó a la hora que hizo la pintada poco antes del inicio de una misa en el templo en que estaba la tumba, por lo que fue acusado de interrumpir un acto religioso.

La Fiscalía inicialmente pedía un año de cárcel, aunque ahora apoya la absolución, mientras que la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos, donde está el monumento franquista, solicitó dos años y cinco meses de prisión al añadir el supuesto delito de profanación de tumba.

Las primeras instancias le dieron la razón al considerar que no constaba «el propósito o intención de lesionar la libertad de conciencia y los sentimientos religiosos», pero el caso llegó al Supremo.

El monumento que ordenó construir el dictador tras la Guerra Civil española albergó su tumba desde su muerte en 1975 hasta que en 2019 sus restos fueron trasladados a un cementerio en Madrid en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica que prohibió en España la exaltación del franquismo.

Con información de EFE