El papa León XIV pidió este domingo que el deporte sea “un importante instrumento de encuentro entre los pueblos”, en su homilía en ocasión de la misa para el Jubileo del Deporte que se celebró en el interior de la basílica de San Pedro.
La misa, celebrada en el interior de la basílica por el intenso calor en Roma, coincide con la celebración de la Santísima Trinidad y el pontífice aseguró que “el binomio Trinidad-deporte no es precisamente habitual, sin embargo, la asociación no es absurda. De hecho, toda buena actividad humana lleva consigo un reflejo de la belleza de Dios”.
El pontífice estadounidense, también con ciudadanía peruana, aseguró que el deporte “es entregarse por los demás, por el propio crecimiento, por los aficionados, por los seres queridos, por los entrenadores, por los colaboradores, por el público, incluso por los adversarios”.
Y subrayó: “Y, si se es verdaderamente deportista, esto vale independientemente del resultado”.
Elogió que el deporte “en una sociedad marcada por la soledad” y “el individualismo exagerado”, especialmente cuando se practica en equipo, “enseña el valor de la colaboración, de caminar juntos, de ese compartir que, como hemos dicho, está en el corazón mismo de la vida de Dios”.
“De este modo, puede convertirse en un importante instrumento de encuentro, entre los pueblos, en las comunidades, en los entornos escolares y laborales, en las familias”, indicó.
También destacó que “en una sociedad cada vez más digital, en la que las tecnologías, aunque acercan a personas lejanas, a menudo alejan a quienes están cerca”, el deporte “valora la concreción de estar juntos, el sentido del cuerpo, del espacio, del esfuerzo, del tiempo real”.
“Así, frente a la tentación de huir a mundos virtuales, ayuda a mantener un contacto saludable con la naturaleza y con la vida concreta, único lugar en el que se ejerce el amor”, añadió.
Señaló que en “una sociedad competitiva, donde parece que sólo los fuertes y los ganadores merecen vivir, el deporte también enseña a perder, poniendo a prueba al hombre, en el arte de la derrota”.
“Los campeones no son máquinas infalibles, sino hombres y mujeres que, incluso cuando caen, encuentran el valor para levantarse”, aseveró.
A los deportistas, León XIV indicó que “la Iglesia les confía una misión maravillosa: ser, en las actividades que realizan, reflejo del amor de Dios Trinidad para bien de ustedes y sus hermanos”.
Vía: EFE