on hojas verdes y carnosas, las acelgas, además de ser un alimento básico en muchas cocinas mediterráneas, son una verdadera fuente de nutrientes esenciales. Aunque su aspecto sencillo pueda pasar desapercibido, esta hortaliza esconde un perfil nutricional que la convierte en un aliado ideal para quienes buscan llevar una dieta equilibrada y baja en calorías.
En una porción de 100 gramos, las acelgas ofrecen una sorprendente combinación de vitaminas y minerales que favorecen numerosas funciones corporales. Son ricas en vitamina K, clave para la salud ósea y la coagulación sanguínea, además de contener vitamina C, que fortalece el sistema inmune, y vitamina A, que cuida de la piel y la visión.
En cuanto a minerales, destacan por sus altos niveles de potasio, hierro, calcio, y magnesio, todos ellos fundamentales para el funcionamiento muscular y nervioso. Con más del 87 % de su peso en agua y un aporte de apenas 41 calorías por cada 100 gramos, las acelgas son una opción saludable y de bajo impacto calórico.
Beneficios de las acelgas para la salud
Las acelgas no solo destacan por su bajo aporte calórico y su riqueza en nutrientes, sino también por los numerosos beneficios que su consumo regular puede aportar a la salud. Este vegetal es especialmente reconocido por su capacidad de contribuir a la fortaleza ósea debido a su alto contenido en vitamina K.
Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), esta vitamina, que se encuentra en una concentración de 830 microgramos por cada 100 gramos, supera ampliamente las necesidades diarias del organismo, favoreciendo la salud de los huesos y contribuyendo a una adecuada coagulación sanguínea.
Además, las acelgas son una excelente fuente de vitamina C y antioxidantes naturales. La vitamina C ayuda a neutralizar los radicales libres y a reducir su impacto dañino en las células, lo cual se traduce en un efecto protector sobre la piel, el cabello y las uñas. Esta vitamina también fortalece el sistema inmunológico, mejorando la resistencia ante infecciones y apoyando los procesos de regeneración celular.
El contenido en hierro de las acelgas, que es comparable al de las espinacas, convierte a este vegetal en un complemento ideal para personas con anemia, ya que ayuda a mejorar la oxigenación de la sangre.
Por último, los minerales como el magnesio y el potasio que se encuentran en las acelgas aportan beneficios importantes para el sistema muscular y el sistema nervioso. El magnesio, por ejemplo, regula los niveles de azúcar en sangre y apoya la formación de ADN y de tejido óseo, mientras que el potasio es fundamental para el funcionamiento adecuado del ritmo cardíaco y el equilibrio electrolítico en el cuerpo.
Formas de preparar las acelgas conservando sus propiedades
Para aprovechar al máximo los nutrientes de las acelgas, es esencial elegir métodos de cocción que minimicen la pérdida de vitaminas y minerales. Entre las formas más recomendadas, está la cocción al vapor.
Al cocinar las acelgas en una vaporera durante unos 10 minutos, se evita una pérdida excesiva de nutrientes, especialmente de vitaminas sensibles al calor como la vitamina C. Cubrir bien la olla para retener el vapor y añadir unas gotas de limón o vinagre puede ayudar a conservar mejor algunas vitaminas.
Otra forma saludable de preparar acelgas es mediante un breve salteado en sartén. Este método implica un tiempo de cocción corto, lo que reduce la degradación de compuestos beneficiosos. Saltearlas con un poco de aceite de oliva extra virgen y ajo es una forma deliciosa de resaltar su sabor y aprovechar sus propiedades antioxidantes sin que pierdan su textura.
Por supuesto, una de las maneras más efectivas de mantener los nutrientes intactos es consumirlas crudas, en ensaladas o en batidos verdes junto a otras frutas y verduras. Así, las acelgas preservan el 100 % de sus vitaminas y minerales, siendo una excelente opción para quienes buscan un aporte de nutrientes máximo.
Con información de Infobae