La revalorización del plástico que desechan los zulianos para evitar que termine contaminando el Lago de Maracaibo ha sido el objetivo de la Fundación El Zulia Recicla durante más de una década.
Bajo el lema “Por un futuro sostenible para todos”, la fundación presentó su proyecto «Una Tonelada de Amor por el Ambiente», cofinanciado por la Embajada de Francia en Venezuela, en el que comenzarán a transformar el polietileno y polipropileno en mobiliario escolar para 10 planteles de zonas rurales foráneas de la ciudad de Maracaibo.
Grisel Mercadante, directora de la fundación, habló en exclusiva para Crónica.Uno sobre el avance de la cultura de reciclaje en la capital zuliana, la economía circular y cómo la acción ciudadana trabaja para la conservación del ambiente.
“Desde el 2018 buscamos alternativas para la transformación de los residuos, porque hasta ahora todo el mundo nos conoce por promover la separación, pero no habíamos tenido la oportunidad de entrar en este proceso de transformación”, dijo Mercadante.
La arquitecto explicó que luego de ganar una mención en el concurso Ideas 2022, lograron darle forma de proyecto al planteamiento, se atrevieron a darle estructura y presentarlo ante la Embajada de Francia, quienes finalmente aprobaron el cofinanciamiento.

Ejecutar dicho proyecto vence la debilidad que hace un tiempo presenta la gestión de residuos, porque tal y como lo explica Mercadante, el reciclaje es pagado a muy bajo costo en la ciudad, entonces, este paso viene a empujar la economía circular en el reciclaje y permite la sostenibilidad.
Revalorización
“Nos comprometimos más con esta idea, porque crear un producto revaloriza mucho el material reciclado y lo vimos como una oportunidad para la creación de mobiliario escolar a través de la termofusión. Se van a producir láminas de 1X1 para mesas, sillas y elementos de diseño interior”, explica Mercadante.
El Zulia Recicla ha venido visitando las escuelas de la región para llevar la educación y formación ambiental, es por ello que conocen bien el déficit de pupitres que hay en los planteles.
“Con esta acción estaremos generando un triple impacto positivo: En el área ambiental, se minimizaran los residuos que van al lago; en el área económica, estamos generando productos que se pueden valorizar económicamente y que se puede trabajar a baja escala, con poco dinero y con una técnica más amigable con las comunidades; y finalmente el impacto social con el beneficio a las escuelas”, explica.
Recolección de plástico
La meta será entregar 200 pupitres distribuidos en 10 escuelas de la ciudad, por lo que se necesitan 800 kilos de plástico, específicamente polietileno de alta densidad y polipropileno, material que se consigue en los envases de shampoo, acondicionador, detergentes, margarina, todos con sus tapas.
Para conseguir llegar a la meta, la fundación se apoyará en sus puntos fijos ubicados en el Parque Vereda del Lago, Ana María Campos y Patria Joven donde tienen los contenedores tipo botella, próximamente estarán anunciando otros puntos y seguirán haciendo recolecciones programadas en diversos puntos de la ciudad. También está previsto aliarse con los recicladores urbanos mediante intercambio de plástico.

El proyecto entregará, en su primera fase, una prueba piloto de dos pupitres por escuela que estará dos meses a prueba. El material debe demostrar su resistencia, porque la superficie plástica es para el asiento, respaldo, apoyabrazos y el área de trabajo, todo montado en el esqueleto original de hierro que las escuelas entregarán.
Luego, teniendo en cuenta los cambios, se hará la entrega final de 20 unidades por plantel para un total de 200 pupitres, en agosto.
Termofusión
El proceso para la producción de las láminas es complejo, pero Mercadante refirió el compromiso y la disposición que tienen y agradeció tener el centro de acopio de El Zulia Recicla listo para ello
Explicó que luego de recolectar el material, se separa por tipo y color, se le quitan las etiquetas y luego pasa a molienda y lavado, pero debido a que la fundación no tienen estos equipos, se harán intercambios con la empresa privada.
“Una vez que tengamos el material molido comenzaremos con la producción de las láminas. Se colocan unos ángulos para darle contención al plástico y al bajar la plancha se funde el material. Luego se pasa por una plancha fría para evitar que pierda la forma y finalmente se cortan”, explicó.
Aunque lo ideal sería tener un router CNC, una máquina que se conecta a una computadora para hacer cortes automatizados, la Fundación lo hará de manera artesanal con una caladora y sierra, además harán las reparaciones de los esqueletos de los pupitres que sean necesarias.
Mercadante dijo que este proyecto es apenas el primer paso de la lista de cosas infinitas en las que se puede reutilizar y revalorizar el plástico para disminuir la contaminación, pero también adelantó que la fundación tiene la mirada puesta en otros objetivos y no descansará hasta lograr un futuro sostenible para todos.
Con información de Crónica Uno