Seis meses han pasado desde que zarparon desde Guayamure, los hermanos Eduardo Chávez y Edwin Chávez y su compañero de faena José Rafael Sosa. Fue el jueves #16Jun cuando programaron navegar en las costas de Aragua, específicamente en inmediaciones de la parroquia Choroní en busca de los más pesados peces, que le generarían los ingresos suficientes como para garantizar por algunos días el sustento de su familia.
Desde entonces sus familiares no han vuelto a saber de ellos, como tampoco de “La Llovizna”, la embarcación que abordaron y que le pertenecía a Carlos Sosa, primo de José Rafael.
Superadas las 48 horas del zarpe y el lapso para su retorno, familiares y el resto de los pescadores que hace vida en esa populosa costa de Aragua, alertaron a las autoridades y a la opinión pública sobre la “desaparición” de estos tres padres de familia de quienes aún no se tiene rastro alguno.
Durante siete días la población se abocó a buscarlos por vía marítima y terrestre. Transcurridos los primeros tres días se sumaron las autoridades y durante unos cinco días más los buscaron por vía aérea, pero la búsqueda fue infructuosa y no dieron con ellos, recuerda Carlos Sosa.
A pesar los seis meses que han trascurrido, en Choroní y especialmente la familia “La Llovizna”, mantiene intacta la fe de volver a reencontrase con sus seres queridos, afianzándose en la tesis que los pescadores son víctimas de “piratas del mar”.
En medio de la ferviente espera, las esposas respectivamente de los hermanos Chávez, aguardan pacientemente por la negociación definitiva de sus viviendas, ya que cada una tiene dos niños menores de edad. Mientras que Carlos Sosa, también espera por un financiamiento para la compra del motor su lancha, pues de los dos motores que llevaba “La Llovizna”, tampoco se sabe nada, de esa tripulación sólo se ubicaron pequeños implementos utilizados para la faena.