La Vejiga Hiperactiva (VH) es un síndrome crónico subdiagnosticado que
puede producir dolor en el pubis o en la pelvis con aumento de la frecuencia urinaria en el
día o en la noche, urgencia e incontinencia urinaria, consecuencia de la presencia
involuntaria de contracciones en la vejiga durante el proceso de llenado, que repercute en
la calidad de vida y las actividades diarias de las personas.
Esta patología tiene una prevalencia mundial estimada de 11,8% de la población general,
con tasas similares en hombres y mujeres. En Venezuela, el 24% de la población general,
mayor de 40 años, padece de algún síntoma de vejiga hiperactiva, de acuerdo al último
estudio realizado en el país. Sin embargo, solo el 16% recibe tratamiento.
La Dra. Maria Carolina Pérez, cirujano urólogo, especialista en piso pélvico, incontinencia
urinaria y urodinamia, señala que la vejiga hiperactiva se presenta en mayor medida en
personas que son más alérgicas. “Aunque puede presentarse en ambos sexos, y a
cualquier edad, se estima que tiene mayor incidencia en mujeres blancas, delgadas y
activas, debido a que esta condición afecta el cortisol, conocido como la hormona del
estrés, lo cual genera noradrenalina que es un neurotransmisor que produce contracción
vesical”, puntualiza Pérez.
En el caso de los hombres no es tan frecuente la vejiga hiperactiva, pero cuando se
presenta, la urgencia está relacionada principalmente con los problemas obstructivos de
la próstata, debido a una descompensación de la vejiga que la hace más pequeña,
provocando que después de una operación, el paciente pueda sufrir de incontinencia por
urgencia.
En la vejiga hiperactiva no existen factores de riesgo específicos, debido a que más del
90% de los casos no tiene una causa aparente, ni una edad determinada. La Dra. Pérez
resalta que este síndrome empeora con las sustancias que provocan irritación vesical,
como: la cafeína, los cítricos, el alcohol, el chocolate negro, entre otros.
¿Es posible llevar un estilo de vida normal?
Las personas afectadas por esta condición la malinterpretan como parte normal del
envejecimiento o de otras enfermedades. Otros, pueden aislarse, sentirse avergonzados o
reacios a mencionar los síntomas en sus consultas médicas, porque no la consideran una
patología como tal y desconocen que puede mejorarse con el tratamiento adecuado.
La especialista en piso pélvico, asegura que la hiperactividad de la vejiga es una
condición crónica debilitante que repercute en la calidad de vida y que puede generar
problemas sexuales, daños en la piel o infecciones, alteraciones o interrupciones de los
ciclos de sueño y el uso de ropa especial absorbente.
“Una vejiga hiperactiva puede provocar ausentismo laboral, limitar las relaciones con
familiares y amigos, así como las actividades diarias o los planes a largo plazo debido a la
urgencia de ir al baño constantemente, lo que puede desencadenar cuadros de depresión,
ansiedad y problemas emocionales”, destaca la especialista.
Señales que generan alerta
La Dra. Pérez indica que durante el día, una persona que toma suficiente agua debería ir
al baño cada tres horas, máximo cuatro, sin tomar en cuenta que hay eventos que pueden
aumentar esa frecuencia, como por ejemplo, la ingesta de algunas bebidas o
determinados diuréticos. “Es por eso, que una señal que debe generar alerta en los
pacientes, es la sensación de que podría orinarse si sintiera la necesidad repentina de ir
al baño cada hora”, acota.
Ante la sospecha de esta condición, es recomendable asistir a un especialista para que
evalúe la historia clínica del paciente, realice exámenes para evaluar el buen
funcionamiento de la vejiga y la dinámica urinaria, con el fin de que pueda valorar los
síntomas que la diferencian de otros tipos de incontinencia.
La vejiga hiperactiva puede ser controlada
La especialista en piso pélvico, incontinencia urinaria y urodinamia, señala que la vejiga
hiperactiva es una patología muy limitante, pero que actualmente existen diversas
alternativas de tratamiento que permiten no solo controlar los síntomas de la vejiga
hiperactiva, sino tener una mejor calidad de vida.
Por su parte, el Dr. Alexis García, Asesor Médico de FC Laboratorios, indica que una de
las opciones terapéuticas que permite controlar esta patología es la Tolterodina, un
medicamento con un perfil de seguridad y efectividad superior a otros fármacos, para el
control de los síntomas de vejiga hiperactiva.
Con los tratamientos farmacológicos antiguos como la oxibutinina, aproximadamente el
82% de los pacientes puede presentar eventos adversos como sequedad de la boca y de
los ojos. Esto es significativamente menor en medicamentos más recientes como
Tolterodina. “Existen opciones de Tolterodina de liberación sostenida, como la ofrecida
por FC Laboratorios, que permite una sola dosis oral diaria y menor sequedad de la boca,
lo que favorece el cumplimiento del tratamiento para esta patología crónica”, finaliza
García.
Además de las opciones farmacológicas, es posible controlar los síntomas de una vejiga
hiperactiva leve con pequeñas modificaciones en los hábitos de vida, como cambios en la
dieta y micción cronometrada. “Tenemos también la terapia conductual, que pasa por los
ejercicios de piso pélvico, el entrenamiento vesical y el biofeedback, la toxina botulínica, y
en casos más graves o extremos, la intervención quirúrgica”, concluye la Dra. María
Carolina Pérez.
Nota de Prensa