Es indispensable extender el plazo para adoptar la facturación digital, indica experta

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Foto: Archivo

La factura digital llegó para quedarse. La norma que rige la dinámica de su puesta en práctica está contenida en dos providencias del Seniat, la 102 y la 121. La providencia 102 regula la utilización de los medios digitales. Es decir, va dirigida a quien emite las facturas.

La providencia 121 aplica para quienes facturen de forma digital, usen máquinas fiscales, formas libres o preimpresas.

La norma requiere que todos (a excepción de un pequeño grupo que puede usar facturas impresas llenadas manualmente) adquieran un software homologado y autorizado por el Seniat, o si es un software de desarrollo propio que este sea homologado y autorizado ante el Seniat.

Aunque la mayor parte de la providencia va dirigido a los desarrolladores de software que deben cumplir con una serie de requisitos, entre ellos su homologación y autorización ante el Seniat y la prohibición de venta de softwars no autorizado. También obliga a que las empresas estén usando este tipo de software únicamente para el próximo 19 de marzo, indicó el licenciado Fabio Ordóñez en comunicación dirigida a Banca y Negocios.

La licenciada Nancy Sánchez es la presidenta del Colegio de Contadores Públicos del Distrito Capital. “La factura digital se veía venir por el tema tributario. Hay que formalizar a todos los comerciantes que no emiten facturas, y que no están contribuyendo con la tributación legal. Estas normas están más dirigido a los negocios que usan medios digitales, por ejemplo, tiendas que venden por Instagram o Facebook”, avanza en una idea que clarifica.

Por ejemplo, en el caso de empresas como Movistar o Movilnet, ellos ya emiten una factura digital, pero ahora lo harán en las condiciones fijadas por las providencias.

Desde mi punto de vista el problema es el poco tiempo. La norma la emitieron el 19 de diciembre de 2024, y están dando 90 días para que las empresas se adapten. Por otro lado, los costos de tener un software de facturación digital. Tenemos en Venezuela los problemas de la luz y la Internet. Hay una falta de inducción. El propio Seniat tiene que hacer talleres para sus fiscales, y, asimismo, las empresas”, desglosa al detalle la experta.

Venezuela estaba a la retaguardia

Sánchez destaca que Venezuela era uno de los pocos países de la región que no había adoptado esta tecnología. Lo que pasa en Venezuela es que hay una falta de “cultura tributaria”. Sin embargo, este proceso de adopción es un poco intempestivo, y genera dudas en los comerciantes, afirma la dirigente gremial.

En el país se contaba con la providencia 0032 –de 2015- que ya hablaba de factura digital, pero era para personas jurídicas que emitiesen más de 10.000 facturas mensuales.

En consecuencia, la pequeña y mediana industria puede resultar como la más afectada, por los costos que implica la facturación digital, relata la entrevistada.

Debe darse una prórroga para que las compañías tengan inducciones, y se afilien a una empresa proveedora de facturas digitales. Actualmente, hay entre 10 y 11 empresas autorizadas por el Seniat”, va al detalle.

En otro sentido, la presidenta del Colegio de Contadores Públicos del Distrito Capital indica que la facturación digital genera ahorros en adquisición de papel, tinta, entre otros elementos.

Un problema: falta de cultura tributaria

“No hay exenciones en la norma. Pero se dan opciones a empresas que no sean proveedoras de servicios digitales a que se integren a la emisión de facturas digitales. Pero, repito, el problema es la falta de cultura tributaria”, refiere Nancy Sánchez.

– ¿Cómo salen favorecidos los usuarios con la facturación digital?

– Es un ganar-ganar. Una persona natural lleva su control fiscal y puede usarlo para la declaración del IVA o el Impuesto sobre la Renta. A una persona natural o jurídica le conviene que le den factura de todo. Si eres comerciante, ya sabes que estás preparado, debes tener un buen sistema administrativo. Y si eres fiscalizado, sales favorecido.

Las empresas pequeñas tienen el problema de los costos, que son muy elevados, insiste.

“Muchas veces, lo que hay es que leer. Ambas providencias son bien claras, en torno a quiénes son los sujetos de cada responsabilidad. Queda mucha tela por cortar. Tengo la esperanza de que el mes que viene haya un ajuste en el plazo que le están dando a los desarrolladores, y a los clientes”, expresa.

La presidenta del Colegio de Contadores Públicos del Distrito Capital dice que “sí estoy de acuerdo con este proceso de migrar a facturación digital, y creo que va a funcionar en el tiempo”, concluye.

Con información de Banca y Negocios