En Timotes, un pueblo del estado Mérida, agricultores se las ingenian para seguir produciendo alimentos a pesar de la escasez de combustible que se ha agudizado en el último mes en Venezuela. Andrés Ramírez, presidente de la Asociación de Productores de Timotes (Asoprotim), contó que deben sacar las hortalizas en motos, instalándoles carruchas en la parte trasera para trasladar la mercancía hasta los puntos de acopio y así poder ser distribuidos a las áreas urbanas del país.
“Tenemos un año con escasez de diésel y gasolina. En este pueblo andino hay dos estaciones de servicio y sólo una funciona. La cisterna de Pdvsa viene cada 14 días y lo que trae son 14 mil litros de combustible. La gente dura semanas viviendo en las colas para abastecerse”, expresó. Timotes es una de las zonas de mayor producción hortícola del país, pero el sector primario está trabajando a pérdidas porque los rubros son perecederos y deben ser vendidos rápido tras ser cosechados.
“En el caso de los productores de lechuga, han tenido que rematar la cesta de lechuga de 10 kilos en un dólar para recuperar algo de capital, porque no tienen gasolina, y algunos transportistas que viajan de Valera a Timotes se aprovechan de la necesidad de la gente y compran a precio de gallina flaca, o sacan fiado, con la promesa que pagarán dentro de dos meses”, expresó.
A algunos se les pierden las acelgas, lechugas, espinacas, pepinos, remolachas y espárragos que con tanto sacrificio cultivan, por la falta de combustible.