El agua es un recurso esencial para la vida, pero no siempre es segura para el consumo humano. En muchas regiones, el agua puede contener microorganismos patógenos como bacterias, virus y parásitos que pueden causar enfermedades graves. Una de las formas más efectivas y accesibles para purificar el agua es la ebullición.
Hervir el agua es un método de desinfección simple y eficaz porque el calor destruye la mayoría de los microorganismos dañinos. Al alcanzar los 100 °C a nivel del mar, las bacterias, virus y protozoos presentes en el agua mueren, reduciendo significativamente el riesgo de infecciones.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan hervir el agua durante al menos un minuto para garantizar la eliminación de patógenos. Sin embargo, en altitudes superiores a los 2.000 metros sobre el nivel del mar, donde el punto de ebullición es más bajo, se recomienda hervir el agua por tres minutos.
Factores que afectan la ebullición
Altitud: a mayor altitud, el agua hierve a temperaturas menores, por lo que se necesita un tiempo adicional para garantizar la eliminación de microorganismos.
Contaminación: si el agua está muy turbia o contaminada con partículas visibles, se recomienda filtrarla antes de hervirla.
Tipo de microorganismos: algunos patógenos, como los protozoos Giardia y Cryptosporidium, son más resistentes al calor, pero la ebullición durante un minuto es suficiente para eliminarlos.
Método correcto para hervir agua
1. Llenar un recipiente limpio con agua.
2. Llevar el agua a ebullición vigorosa (burbujeo constante).
3. Mantener la ebullición durante al menos un minuto (o tres minutos en altitudes altas).
4. Dejar enfriar antes de consumir y almacenarla en un recipiente limpio.
Esta medida es eficaz para eliminar microorganismos dañinos y hacerla segura para el consumo. Es un método confiable en situaciones de emergencia o cuando no se dispone de agua potable segura.
Con información de 2001
