Esto dice la ciencia sobre la casualidad

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Foto: Archivo

Estás pensando en una canción y la ponen en un bar; recuerdas a una expareja y te tropiezas con ella en el metro; has pensado en que deberías llamar a tu madre y suena el teléfono, es tu madre; un paciente sueña con un escarabajo de oro y, acto seguido, un escarabajo dorado choca contra la ventana de la consulta. ¿Casualidades… o sincronicidades?

El último de los ejemplos de “casualidades” o coincidencias fue vivido por Carl Gustav Jung, uno de los psicólogos e intelectuales más importantes del siglo XX. Para él, la coincidencia del escarabajo podría ser algo más que una casualidad, una suerte de insight o penetración, una coincidencia en el tiempo de dos o más sucesos no relacionados causalmente que tienen el mismo significado. Es decir, una sincronicidad, un concepto revolucionario que aspira desde hace décadas a establecer un diálogo entra la física y la psicología.

Jung y Pauli, teóricos de la sincronicidad

Cuenta la leyenda que, un día, Sigmund Freud estaba reprobando a Jung por su interés en el espiritualismo advirtiéndole contra el peligro de ser inundando por “la negra marea del fango del ocultismo”. Jung experimentó entonces una sensación ardiente en el diafragma y, en ese instante, los dos hombres oyeron un fuerte crujido que provenía de la estantería de libros.

Jung sugirió que aquello era un ejemplo de “exteriorización catalítica” y Freud lo tildó de “pura necedad”. Entonces Jung “predijo” que ocurriría un segundo suceso y, efectivamente, se oyó otro ruido, lo que desconcertó profundamente a Freud…

Esta anécdota protagonizada por aquellos dos grandes amigos y rivales muestra el interés que fueron despertando las “casualidades significativas” en la obra de Jung hasta concluir el concepto de sincronicidad que se diferencia de la casualidad y del sincronismo, entendido este último como la mera simultaneidad de dos sucesos.

La sincronicidad, por su parte, tendría “el sentido especial de una coincidencia temporal de dos o más sucesos relacionados entre sí de manera no causal, cuyo contenido significativo sea igual o similar”.

Con información de Publico