Cuando viajamos en avión, es común experimentar una sensación de presión o taponamiento en los oídos, especialmente durante el despegue y el aterrizaje. Esto ocurre debido a los cambios en la presión del aire en la cabina, que afectan el oído medio. Afortunadamente, existen varias técnicas para prevenir y aliviar esta molestia.
Una de las formas más efectivas es la maniobra de Valsalva, que consiste en taparse la nariz, cerrar la boca y soplar suavemente. Esto ayuda a equilibrar la presión en los oídos. Otra técnica similar es la maniobra de Toynbee, que implica taparse la nariz y tragar al mismo tiempo. Ambas pueden ser útiles para destapar los oídos rápidamente.
Masticar chicle o chupar caramelos también puede ser de gran ayuda, ya que estimula la deglución y facilita la apertura de la trompa de Eustaquio, el conducto que regula la presión en el oído medio. Beber agua en pequeños sorbos durante el ascenso y descenso del avión también puede tener un efecto similar.
Para quienes viajan con bebés o niños pequeños, se recomienda darles un biberón, chupete o algo para masticar durante el despegue y aterrizaje, ya que el movimiento de succión puede prevenir el taponamiento de los oídos.
Si se sufre de congestión nasal o alergias, es aconsejable usar un descongestionante nasal o antihistamínico antes del vuelo, siempre bajo recomendación médica. Estos medicamentos pueden ayudar a mantener despejados los conductos del oído.
Además, es recomendable evitar dormir durante el ascenso y el descenso, ya que cuando estamos despiertos es más fácil tragar y equilibrar la presión.
En casos extremos, existen tapones especiales diseñados para regular la presión en los oídos durante los vuelos. Estos pueden adquirirse en farmacias y tiendas de artículos de viaje.
Con información de 2001
