Las bibliotecas de universidades públicas en el estado Lara atraviesan una crisis sin precedentes, debido a la disminución de los presupuestos asignados lo que ha generado un deterioro progresivo en sus instalaciones, la reducción de personal y la imposibilidad de actualizar los textos.
Bibliotecarios señalaron que la falta de recursos impide realizar mantenimientos en los espacios de lectura. Algunas bibliotecas sufren filtraciones, no cuentan con aire acondicionado e internet, además los problemas se ven agravados por los hurtos que sufrieron las universidades años atrás.
La biblioteca del Decanato de Ciencias Veterinarias de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) es un claro ejemplo de esta situación. El hurto de aires acondicionados y cableado ocurrido en el primer semestre de 2024, sumado a las filtraciones, ha sido un golpe duro para los estudiantes.
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El área para la biblioteca de este decanato tuvo que ser cerrada hace más de siete años debido a las filtraciones en el techo y las paredes, ahora funciona en un edificio provisional. «Sin un espacio adecuado y propicio para el estudio nos encontramos en el Decanato de Veterinaria. La biblioteca no sólo proporciona un ambiente para el estudio, sino que también ofrece material informativo, pero hace años no lo tenemos», dijo Paola León, miembro del Centro de Estudiantes de Veterinaria de la UCLA.
Ana Oquendo, coordinadora de la biblioteca, explicó que la universidad ha tratado de mantener las siete bibliotecas que posee; sin embargo, la falta de presupuesto los ha limitado hasta el punto que desde hace alrededor de 12 años no adquieren nuevos libros.
Para el año 2024, la asignación del presupuesto para el sector universitario fue de Bs. 18.999.812.110, lo que equivale a 533.402.922,8 dólares, según la denuncia de la Alianza «Todos por la Educación» de Gritemos con brío. Esta cifra representa apenas el 2,60% del presupuesto nacional.
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Bibliotecas trabajan con libros de vieja data
Aunque para algunos bibliotecólogos los libros existentes en las universidades públicas (Unexpo, UCLA y UPEL) son de vieja data, aún pueden ser útiles para los estudios, especialmente aquellos de historia o los que contienen fórmulas que no cambian, como los de estadística.
«Pero también nos encontramos con libros que requieren cambios de inmediato, por ejemplo, para los estudiantes de economía, porque la moneda ha cambiado y deben actualizarse», dijo Arcida Camacho, coordinadora de la biblioteca del Decanato de Ciencias Económicas y Empresariales de la UCLA.
Fraisa Codecido, vicerrectora académica de la Unexpo, resaltó que, a pesar de las circunstancias, la biblioteca se mantiene activa y se encuentran en fase de montaje de un repositorio, un sistema de almacenamiento digital que organiza y preserva información. «El papel forma ácaros y eso daña los textos. Hemos estado totalizando los trabajos y lo que hemos recibido por donaciones; por parte de la OPSU no hemos recibido material informativo para las bibliotecas», indicó.
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Estudiantes de la Unexpo comentaron que la biblioteca de esta casa de estudios está funcionando a medias y está abierta al público de martes a jueves. Al igual que en algunas áreas como mantenimiento y vigilancia, en las que la autogestión por parte de estudiantes ha solventado situaciones, así ha pasado en las bibliotecas; algunos han buscado donaciones de aires acondicionados para adecuar los espacios.
En 2024 solicitaron a los profesores universitarios bibliografías porque se esperaba que se otorgaran textos actualizados, pero los estudiantes siguen en la espera.
Con información de La Prensa de Lara