Familiares de personas desaparecidas en varios estados de Venezuela pidieron a la Fiscalía General que investigue los casos, tanto en el país como Colombia, donde se perdió la pista de parte de ellos, entre otros, 77 personas que cruzaban la isla colombiana de San Andrés, rumbo a Estados Unidos.
Cenaida Basto, vocera del comité Esperanza de Madre, explicó que hay 54 familias «de muchachos desaparecidos en territorio colombiano y venezolano», entre ellos su hijo, quien desapareció en el estado Táchira, mientras que a otros se les perdió la pista en el estado Miranda y Anzoátegui.
Basto dijo que, después de «años en esta lucha», no hay respuesta de las autoridades venezolanas», por lo que reiteró su petición de ayuda en nombre de todos los familiares de los desaparecidos al fiscal general, Tarek William Saab, como al presidente, Nicolás Maduro.
«Les pedimos, les suplicamos al fiscal nos ayude, al presidente de la República que nos ayude, porque no hemos tenido respuesta de las autoridades (…). Ya son muchos años esperando a nuestros hijos en casa», pidió Basto, quien detalló que algunas personas llevan una década desaparecidas.
«Supuestamente tenemos que esperar. Pero, ¿esperar cuánto? Ya estamos cansados. Yo tengo cinco años esperando. (…) Hemos ido a la Embajada colombiana. Estamos en espera de respuestas de ellos», agregó.
Por su parte, Creuldys Guerra, vocera de «los 77 venezolanos» que han desaparecido en la isla de San Andrés desde 2022, también pidió apoyo al fiscal, ya que asegura tener pruebas de que sus familiares «están con vida», aunque no las detalló.
«A pesar de que hemos metido cartas en Presidencia, en el Ministerio Público y en la Asamblea Nacional, hasta la fecha no hemos recibido respuesta. Necesitamos ser escuchados», explicó Guerra.
Mencionó que también han hecho denuncias en Colombia, pero las autoridades de ese país «no se han pronunciado».
«Para (las autoridades de) la isla de San Andrés, eso fue un naufragio, cosa que es falsa (…). Aparecieron unos pasaportes y todos con un mismo patrón (…) siempre aparecen en el mismo lugar (en la isla Limón). Son unos pasaportes que, para estar en un agua salada, deberían llegar en mal estado y están en perfectas condiciones», concluyó Guerra.
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